Benedicto XV nació en Génova, en el seno de una familia noble. En la Universidad de su ciudad natal cursó los estudios de Derecho Civil, obteniendo el doctorado. Posteriormente realizó sus estudios eclesiásticos en la Universidad Gregoriana de Roma. Ordenado sacerdote a los 33 años, ingresa en la Academia de Nobles Eclesiásticos y se doctora en Derecho Canónico. Vivió unos años en Madrid como secretario particular del Nuncio Cardenal Rampolla. Años después, Pío X lo consagra obispo para la sede de Bolonia, lo nombra cardenal y en el cónclave de 1914 es elegido Papa.

Gran parte de su pontificado transcurrió durante la Guerra Europea y la posguerra. No obstante, prestó total dedicación a la Iglesia. Promulgó el nuevo Código de Derecho Canónico. Con el fin de mejorar los estudios eclesiásticos creó en 1915 la Congregación de Seminarios y Universidades. Fundó las universidades católicas de Milán y Lublin.

Interés por las misiones

En 1919 publicó la “Maximum illud” sobre las misiones a las que el papa prestó gran dedicación e interés. Los misioneros no son embajadores de los Estados, sino de Cristo. En países de misión creó todo un conjunto de obispados, vicariatos y prefecturas apostólicas que favorecieron la expansión misionera de la Iglesia. Impulsó el ecumenismo, estableciendo el Octavario para la unión de las Iglesias. Fundó el Instituto Oriental y creó en Roma la Congregación para las Iglesias Orientales.

Durante su pontificado, tuvieron lugar las apariciones de Fátima, y su influjo contribuyó a la devoción popular mariana. Canonizó a Juana de Arco ganándose con ello la simpatía del pueblo y del Estado francés. Este Papa consiguió, con su vida y sus obras, que el pontificado romano fuera considerado como una potencia moral de primer orden en el mundo.