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Semblanza de Mons. Emilio Benavent Escuín

Publicado: 04/01/2008: 4100

 

Ven bendito de mi Padre a poseer el Reino.

Nació en Valencia el 10 de abril de 1914, de una familia obrera que dejó en él una gran impronta religiosa y una sensibilidad social, en especial hacia los más desfavorecidos.

En su Valencia natal cursó los estudios primarios y bachillerato y terminó los estudios de magisterio. Esto último le inclinó a preocuparse siempre por la labor docente y educativa.

Inició los estudios de Filosofía en la Universidad Central de Madrid, donde conoció a grandes maestros y pensadores, entre ellos al don José Ortega y Gasset.

En la Universidad Pontificia de Comillas, en Santander, terminó los estudios eclesiásticos y se doctoró en Teología.

Fue ordenado sacerdote el 18 de julio de 1943.

En la Universidad de Comillas entabló contacto con compañeros malagueños, en especial con don Francisco Carrillo Rubio y Don Francisco Acevedo. En la diócesis de Vitoria, que comprendía entonces las tres provincias vascas, conoció al sacerdote malagueño don Francisco Corrales, que era Secretario Canciller del Obispado. A causa de estos contactos decidió incardinarse en la Diócesis de Málaga, que estaba falta de clero.

Castillo Puche presagiaba en su novela “Sin camino”: Don Emilio “ama de verdad a los pobres y será obispo”.

En la Diócesis de Málaga comenzó su apostolado sacerdotal como coadjutor de la parroquia de Santiago. A la vez atendía la iglesia del Carmen de Huelin y era capellán de aviación. Compaginaba este trabajo como profesor de Teología, Patrología y Arte Sacro en el Seminario Diocesano. También fue nombrado consiliario de la Juventud de Acción Católica.

Trabajó mucho en la barriada pobre de la “Granja Suárez” en los aspectos religiosos, educativos y sociales. Allí creó un centro con maestros, asistentes sociales y practicante. En esa zona, tiene dedicada una plaza.

En 1951 pasó a la parroquia de San Patricio, en el barrio obrero de Huelin, donde trabajó profundamente en lo espiritual, social y material. En la antigua iglesia del Carmen creó unas escuelas, ayudado de unas excelentes maestras, en especial la señorita Elvira. En este colegio se hacía toda tarea social y religiosa para los niños más necesitados del barrio. Organizó un dispensario parroquial, situado en la barriada de Girón, con la insigne Hija de la Caridad Mª Agustina, donde se hizo una labor humanitaria aún recordada.

Consiguió la creación de una guardería infantil, hoy colegio Santa Luisa de Marillac, con las Hijas de la Caridad y cinco unidades escolares de Patronato Diocesano “Virgen de Fátima” en la barriada de Girón.

Acometió la construcción de la nueva iglesia con amplias dependencias parroquiales y una residencia para seis sacerdotes, donde tuve la suerte de pasar mi primer año de experiencia sacerdotal. Junto a la nueva iglesia se construyó el gran colegio “San Patricio”. Para su dirección y funcionamiento se pidió colaboración a la Institución Teresiana, que en aquel tiempo fue un modelo para toda España, ya que en ella se pusieron en práctica las experiencias de Somosaguas.

También promovió don Emilio la creación de unidades escolares en la “Haza Pecebrera”, contando con la intensa labor de Ana Mª Mata. Este centro fue la semilla del colegio “Espíritu Santo”.

En el aspecto litúrgico, quiso don Emilio una parroquia que fuera modélica en organización y ornamentos, y fue ayudado para ello por el sacerdote don Ricardo Navarrete y la señorita Carmina.

El 7 de diciembre de 1954 fue nombrado obispo auxiliar de don Ángel Herrera Oria, con quien colaboró fielmente, como un hijo con su padre. Su consagración tuvo lugar el 13 de febrero de 1955. Entre las obras que realizó y que quedan en la memoria están sus visitas pastorales y la construcción de las 250 escuelas-capilla rurales y cinco Escuelas de Magisterio para formar a los que iban a regentar las Escuelas Rurales. En palabras de don Ángel Herrera, era: “sacar hombres y mujeres del campo para servir al campo”.

El cardenal Herrera Oria intuyó la idea y don Emilio se encargó de su realización. Con estas escuelas se consiguió aminorar el analfabetismo cultural y religioso. A través de la labor ingente de los maestros rurales se logró la formación de muchos niños y adultos, algunos incluso promocionaron a estudios universitarios. Pero sobre todo se consiguió el acercamiento de la población rural al conocimiento de Jesucristo y a la recepción de los sacramentos.

En sus visitas pastorales no olvidaba los rincones más recónditos de la Serranía de Ronda o de la Axarquía, ni sus escuelas rurales. Los mayores lo vimos cruzar ríos y caminar por veredas, unas veces a pie y otras sobre bestias.

A la jubilación de su obispo cardenal, el 7 de Abril 1967, don Emilio queda como obispo titular de la diócesis de Málaga durante un año, en el que sigue la labor emprendida con anterioridad.

Después fue promovido a Arzobispo coadjutor del Arzobispo de Granada, el 26 de Agosto de 1968, donde se repite la historia de fidelidad a su pastor. Continúa con la labor social y su preocupación por la formación del clero. Fue nombrado arzobispo titular de Granada el 3 de febrero de 1974.

Promovido como Arzobispo a Vicario General Castrense el 29 de junio de 1977, sigue su labor apostólica de cercanía del clero castrense, promoviendo su formación pastoral, y la preocupación por la evangelización en los cuarteles, tanto de la tropa como de los oficiales.

Cesa en el cargo el 23 de septiembre de 1982 y se viene a vivir definitivamente a Málaga. La familia Huelin lo acoge como si fuera un padre. Aquí ha pasado sus últimos años, prestando servicios, mientras pudo, en la parroquia de San Gabriel, de la ciudad.

Descanse en paz un hombre bueno, coherente y apostólico.

Sólo me queda dar las gracias a la persona que lo ha querido y tratado como un padre, me refiero a Almudena Huelin. ¡Qué Dios se lo pague!

Gracias, don Emilio, por tanto bien. No olvide, allá junto al Padre, a esta Diócesis que tanto quiso.

M.I. Mons. Francisco García Mota,
Deán. Catedral de Málaga

Autor: diocesismalaga.es

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