DiócesisSemblanzas

Semblanza del sacerdote Juan Ruiz Villanueva

Juan Ruiz Villanueva
Publicado: 13/05/2024: 977

Por Antonio Aguilera

Semblanza del sacerdote Juan Ruiz Villanueva leída en su misa corpore insepulto por su compañero Antonio Aguilera.

Ayer, fiesta de San Juan de Ávila, el “Apóstol de Andalucía”, el patrono del clero español: qué gran sacerdote y qué gran santo Juan de Ávila en aquellos años de comienzos del siglo XVI.

El pasado jueves, día 9, en nuestra convivencia de sacerdotes de la diócesis, cantábamos el himno del santo patrón y en él decíamos: “Tu afán, predicar a Cristo / tu amor, la iglesia y las almas / de Pablo el fuego divino / prendido va en tus palabras”.

Y hoy podemos decir: ¡qué bien se corresponden estas palabras con la vida de nuestro hermano Juan Ruiz Villanueva! También sacerdote cabal, él ahora en nuestro tiempo y él tan querido por todos nosotros y tan entregado siempre a predicar a Cristo, a servir a la Iglesia, y a amar a la gente porque en él también estaba el mismo fuego divino que arde en el corazón del apóstol.

Raíces

Juan nació en Cortes de la Frontera en julio de 1940, con 83 años largos ha pasado a vivir definitivamente con el Padre Dios. 

Su infancia, la de un niño normal en una familia humilde de pueblo en aquellos años de la posguerra; María Dolores y Andrés (él de profesión, recovero) tuvieron tres hijos: Ana, Andrés y Juan. Juan, el pequeño, por insistencia de su madre, comenzó a ser monaguillo en su parroquia. Al poco tiempo, el párroco le vio cualidades para ir al Seminario y allá le proponía ir.

Dinero en la familia no había, pero felizmente el médico del pueblo decidió cubrir los gastos que la pensión en el Seminario conllevaba. Y Juan entró en nuestro Seminario, teniendo 11 años.

Vida normal de seminarista varios cursos… Hasta que una enfermedad importante lo tuvo en cama durante largos meses. Tanto que el médico del Seminario veía muy difícil la recuperación. Recuperación que, casi milagrosamente, sí se produjo. Y Juan pudo continuar sus estudios.

Fue ordenado de diácono en 1967, y de sacerdote el 2-julio-1968: casi 56 años lo hemos tenido como tal, celebrando la Eucaristía y sirviendo con toda generosidad y dedicación a las personas que el Señor ha puesto en su camino.

Misión pastoral

Un primer curso, como Diácono en la parroquia de San José Obrero, en la barriada de Carranque. Y luego:

De 1968 a 1984, en la Axarquía

 Sacerdote en las parroquias de 

  • Benagalbón y Moclinejo: 1968-1972, disfrutando y haciendo disfrutar la renovación del concilio Vaticano II, creando Cáritas, grupos…
  • En Vélez, parroquia de Santa María de la Encarnación: 1972-1975.
  • En Benamocarra e Iznate: 1975-1978.
  • En Periana, Mondrón, Los Marines y Alcaucín: 1975-1984.

En todas ellas desviviéndose como buen párroco, siempre en su parroquia y con una atención especial a los más pobres y a los enfermos, dos sensibilidades que Juan supo vivir de manera ejemplar.

Su casa en Vélez en aquellos años era el lugar de encuentro de un buen número de sacerdotes de la comarca que semanalmente se reunían para rezar juntos, programar y revisar la pastoral, revisar su vida y compartir lo que eran y los bienes que tenían (había “bolsa común”: Juan durante años fue el administrador del grupo, y qué atento estaba a lo que cada cual debía recibir, según las necesidades: tú necesitas más… tú debes recibir menos…).

Y en su casa, primero en Benagalbón y luego en Vélez, su madre con él, ya viuda: madre e hijo, disponibles siempre para todos y servidores de todos; y con una austeridad ejemplar ambos.

De octubre de 1984 hasta ayer, en Málaga

Párroco en Ntra. Sra. de la Flores y parroquia de Los Gámez (1984-1993), en San Juan de Dios (1993-1997), en Ntra. Sra. de las Angustias (1997-2003); vicario parroquial en San Pedro (2003-2011); capellán en el hospital Gálvez, hasta hace un par de meses; y por fin, residente en el Buen Samaritano, a cuyo personal damos las gracias por su estupenda atención para con él. 

En estos años en Málaga, a la vez, tuvo la responsabilidad de Arcipreste en varias ocasiones; y Delegado Diocesano de Cáritas (1987-1993), donde, con su buen hacer y su trabajo incesante e intenso, se realizó una labor formidable: entre otras cosas, en estos años él impulsó las residencias de Colichet para enfermos de Sida y la del Buen Samaritano, que ambas instituciones qué buen servicio prestan.

Y, en definitiva, hoy damos muchas gracias a Dios

Sí, muchas gracias a Dios damos por Juan:

  • Por su fidelidad sacerdotal, tan bien cuidada siempre.
  • Por su extrema sensibilidad para con los pobres, en cada persona y en Cáritas, en concreto, donde tan buen trabajo impulsó e hizo.
  • Por su atenta y continuada atención a los enfermos: las visitas, el llevarles la comunión, el estar atento y cercano a sus familias…
  • Por la preparación de sus homilías: siempre sencillas, evangélicas y de gran sentido común.
  • Por su austeridad tan bien llevada y tan cuidadosa hasta en los más simples detalles.
  • Por lo buen consejero que ha sido con quienes, por una razón u otra, le hemos pedido ayuda cuando necesitábamos la luz de un hombre de paz y de un hombre de Dios.

Sí, gracias, Señor, por la vida de nuestro hermano Juan Ruiz, en quien tan bien se realiza, como decía al inicio, lo de san Juan de Ávila: “Tu afán, predicar a Cristo / tu amor, la iglesia y las almas / de Pablo el fuego divino / prendido va en tus palabras”.

Y gracias a familiares (hermano y sobrinos), a personas amigas y a compañeros que le habéis dedicado vuestro cariño, vuestra cercanía y vuestro tiempo cuando él lo ha necesitado.

Y… con el Señor lo tenemos. Y seguro que con un gran abrazo ayer a los compañeros que ya le precedieron. ¡Qué buena gente tenemos arriba! ¡Que intercedan por nosotros!

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
Más artículos de: Semblanzas
Compartir artículo
Artículos relacionados
Ha fallecido D. Juan Ruiz Villanueva