NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Dolores Carmona: «Mi párroco me dejó enganchada al Señor para siempre» Publicado: 25/03/2024: 6584 Medalla Pro Ecclesia Malacitana Dolores Carmona Fernández pertenece a la parroquia de San Manuel González, en Mijas-Costa. El día que recibieron al Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, en la Visita Pastoral que viene realizando por el arciprestazgo de Fuengirola-Torremolinos, Loli, como todo el mundo la conoce, recibió, junto a Marisa Peláez, la Medalla Pro Ecclesia Malacitana, que le impuso el Sr. Obispo, tras la petición de su párroco, José María Ramos Villalobos. La entrega de la Medalla Pro Ecclesia fue en un día muy especial, la Visita Pastoral del Sr. Obispo. Así es. Algo impensable para mí, pero por lo que estoy muy agradecida. La luciré cuando corresponda. Yo no soy persona a la que le guste que le den reconocimientos, aunque estoy muy agradecida por ello. La verdadera importancia la tienen las obras buenas que se hayan podido hacer. × ¿Desde cuándo es usted parte de la parroquia? Desde hace más de 30 años y, desde entonces he intentado servir en todo lo que he podido porque tengo claro que esto es un servicio al Señor y a los hermanos, una forma de evangelizar, la que yo sé hacer, tanto si coges la fregona como si das catequesis o llevas la comunión a los enfermos. Y también es una forma de ayudar a nuestro párroco, José María Ramos, a quien queremos mucho en la parroquia. ¿Cuál sería su acción de gracias a Dios? Le doy gracias por poner en mi camino a mi párroco porque hay momentos en los que una se coge más al Señor y momentos en los que no, pero mi párroco me dejó enganchada al Señor para siempre; también le doy gracias al Señor porque me da la fuerza cada día para poder darme en la parroquia; y, por supuesto, cada día le doy las gracias por mi familia. ¿Podría vivir usted ya sin su parroquia de San Manuel González? Por supuesto que no y mis dos hijos lo saben, a ciertas horas, si me necesitan, me tienen que buscar en la parroquia. Allí soy muy feliz y es la forma en la que sirvo al Señor. Este compromiso me lo hice yo pero fue el Señor quien me empujó y me sigue empujando cada día. En la parroquia se ríen conmigo y me dicen: “Loli, cuando llegues al cielo, te mandarán al cuarto de la fregona”, y yo respondo que seguro que será un placer poder fregar allí también. Yo necesito pocas cosas para vivir y sólo le pido a Dios que me dé las fuerzas necesarias para poder servir hasta el último momento de mi vida. ×