¿Cómo es eso que iba a una jornada de formación y se encontró con una medalla?

Fue toda una sorpresa. Formo parte de la parroquia desde hace muchos años. En ella está la Cofradía del Ecce Homo, de la que fui hermano fundador allá por el año 1989, cuando formaba parte del grupo de jóvenes que puso en marcha esta nueva cofradía en el pueblo. Y después, en el año 1998, entré como hermano mayor. Fue un recorrido precioso el que vivimos con el párroco José Antonio García Carrasco, que llegó en el año 2000, y a quien me ofrecí para ayudar en lo que hiciera falta. Me encomendó la economía de la parroquia y, desde entonces, hemos estado, tanto yo como los hermanos de la cofradía, para lo que ha hecho falta porque, si algo tengo claro es que aquí estamos todos para construir y crear comunidad: crear parroquia y crear Iglesia. 

Entonces, ¿ese día iba usted a una jornada de formación cofrade?

Efectivamente. Me pareció un poco rara la fecha pero como estas jornadas de formación las hacemos periódicamente, pues caí totalmente en la trampa. Es más, estamos en proceso de creación de la nueva junta de gobierno de la cofradía, así que no me parecía tan raro. Comenzó la Eucaristía y cuando vi a mis hijos acercarse a comulgar y a nuestro querido párroco Wilfer Darío Alzate que le llamaba, se me hizo un nudo. Fue una sorpresa grande e inmerecida de la que estoy muy agradecido porque estuve compartiendo con gente a la que quiero mucho.

Tiene usted muy claro que estamos para crear comunidad.

Así es, estamos para eso y a disposición de lo que haga falta. Yo siempre me he dejado en manos de Dios, aunque a veces no haya entendido lo que iba ocurriendo, pero siempre le digo que se haga su voluntad. 

¿Cuál es su acción de gracias a Dios?

Le doy gracias por todo lo que ha ido aconteciendo en mi vida, por mi historia personal y de comunidad. Y es que, sin la presencia del Señor, nada se entiende. Mi vida cambió cuando el Ecce Homo se cruzó en mi camino, en mi juventud, y esa imagen me llevó a la presencia real del Señor, sin el que no se podría comprender nada. Hemos vivido un cambio grande en la parroquia en pocos años, sobre todo con José Antonio García y con Rafael López, que lanzaron a la comunidad. Y ahora, con Wilfer seguimos adelante. Doy gracias a Dios por todos ellos.