Que nos dinamiza, que nos pone tras los pasos de Jesús. “Seguir a Jesús, pobre artesano de Nazaret, la vida de Nazaret en todo y para todo, en su simplicidad y grandeza... La vida de Nazaret puede llevarse en todas partes, puede vivirse en el lugar más útil para el prójimo” (escribía Carlos de Foucauld).

Para nosotros este Nazaret se encarna en Málaga y en este barrio de San Andrés donde vivimos. Cruce de caminos, de gentes, de vidas anónimas, de relación, de amistad. Nos encarnamos en esta realidad cotidiana. Dejarnos el corazón y cuidar la mirada para descubrir cómo Jesús camina en medio de la vida de nuestros compañeros, vecinos, amigos... personas mayores sufriendo por la soledad, madres solas tirando para adelante con sus hijos, los parados y ninguneados, descartados. Entrando cada día un poco más en este compartir con nuestra gente y descubriendo la hondura, la belleza del corazón de los hombres y mujeres con los que compartimos la vida. Conocemos los anhelos de nuestros hermanos: sus luchas, sus grandezas. Queremos que sean las nuestras. Presentimos la presencia atenta de Dios, la vida que ofrece, su ternura y nos gustaría que fuera así la nuestra, aunque sea de un modo lejano. Cuando todo esto se encuentre en nuestro corazón, quizás seamos capaces de entrar en la oración de Jesús: la vida de Dios y la vida de los hombres se juntan.

Con Jesús, seguir tejiendo historias de encarnación, de ternura y de abrazo, en el compartir con las gentes sencillas...

Hermanitos de Foucauld