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Isidoro Murciego: «Ser sacerdote es una gozada»

Isidoro Murciego OSST con Francisco
Publicado: 03/05/2021: 15206

Isidoro Murciego Murciego OSTT (Laguna de Negrillos, León, 1945) entró en el noviciado de la Orden Trinitaria con 11 años. Hizo su noviciado en Antequera a la vez que estudiaba el Bachillerato. Tras sus estudios de Filosofía en Córdoba y Teología en Roma, se ordenó sacerdote en el Santuario de la Virgen de la Cabeza en Jaén. Regresó a Roma, donde estudió filosofía, psicología y vida religiosa y donde ha estado dedicado a la formación dentro de la orden de la familia trinitaria hasta el 2003. Tras pasar por Madrid, Granada y regresar de nuevo a Roma con una iniciativa de familias carismáticas en diálogo, está en la parroquia de la Santísima Trinidad de Antequera, donde sirve desde septiembre de 2019.

¿Qué sentimientos afloran al celebrar el aniversario de su ordenación sacerdotal?
Son sobre todo sentimientos de acción de gracias. ¡Cómo poder agradecer tanta bondad! A partir del Concilio Vaticano II han sido años de grandes cambios en la Iglesia y en la vida religiosa. Me he sentido dentro de un proceso ilusionante. Ha sido tiempo para volver a las raíces del Evangelio, del propio Carisma con proyección fecunda. Dar gracias, infinitas gracias, por todo lo vivido con los hermanos desde esa mano amiga de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, con María, la Madre de Jesús y nuestra.

¿Quién es para ti Jesucristo?
De siempre me han impresionado mucho la actitud y las palabras del ciego a las puertas de Jericó, cuando pasa Jesús y exclama: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Lc 18, 38). Creo que sin el encuentro con Él todo sería muy diferente para mí. Gracias al Espíritu Santo, Jesucristo me garantiza la comunión con el Padre. El germen de esa intimidad divina lo percibí, de forma especial, en mi noviciado de Antequera. Desde ahí, la armonía con Dios Trinidad de Amor, con todos los hermanos, con la creación y conmigo mismo, la siento como un proceso super ilusionante. “¿Señor, a quién iremos? Tú solo tienes Palabras de Vida Eterna” (Jn 6,68).

¿Estás contento con el ejercicio de tu ministerio en la diócesis de Málaga? ¿Por qué?
Muy contento. Me da la sensación de haber vuelto a casa en la Comunidad Trinitaria de Antequera; en la relación con los sacerdotes del arciprestazgo; con los fieles de la parroquia y con las religiosas del Colegio “María Inmaculada” como capellán. El Consejo Pastoral, no obstante el Covid-19, se mantiene unido con iniciativas en los diversos campos: ministerio de la Palabra, liturgia, catequesis, sacramentos, enfermos, caritas... La Cofradía del Rescate de Antequera celebra sus 300 años (1721-2021); capellanía de la cárcel, centros de acogida Prolibertas, voluntarios. Mucha riqueza, y todo en plena comunión con la Diócesis de Málaga. Percibo que estamos en un equipo que hace muy buen juego, en el cual es fácil la integración y la colaboración.

¿A quién debes tu vocación sacerdotal?
Son tantas las raíces vocacionales que se hunden en mi infancia, en mi familia, en los testimonios de la parroquia de mi pueblo; en un sacerdote que murió joven y me prometí darle continuidad siguiendo sus huellas; en un joven misionero que me regaló su misal al partir como misionero; tantas las personas extraordinarias que el Señor ha puesto en mi camino, sobre todo mi Maestro de Novicios en Antequera... Destacaría que debo mi vocación a la Virgen María y a su protección.

¿Volverías a ser sacerdote si volvieses a nacer? ¿Por qué?
Una y mil veces. ¡Es un regalo tan grande, tan inmerecido: una gozada! Cada Eucaristía vale la Redención del Mundo. El Fundador de mi Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos recibió la inspiración en su Primera Misa, el 28 de enero del 1193. La Eucaristía sigue siendo la fuente de inspiración para cada trinitario. La Eucaristía unida a la Reconciliación. En la Regla Trinitaria aprobada por el papa Inocencio III, el 17 de diciembre del 1198, aparece este binomio, también para los cautivos, pobres y enfermos acogidos en aquel tiempo de cristiandad.

¿Cómo has vivido sacerdotalmente estos últimos meses con la pandemia del Covid-19?
Sobre todo desde casa, desde la Iglesia, en comunión de oraciones con todos. Señalar que el hermano capellán de la cárcel ha seguido su misión, como también el encargado de los enfermos y de la capellanía de las Monjas de Belén. En especial, doy gracias a mis hermanos de comunidad, a los sacerdotes del arciprestazgo de Antequera y a los fieles cristianos de esta parroquia de la Santísima Trinidad a quienes he sentido muy cerca. Percibo que el compromiso de los fieles cristianos está siendo excepcional. El Espíritu sigue promoviendo numerosas vocaciones laicales amantes del Evangelio, de la Iglesia y de los hermanos más necesitados.

Una palabra o lema que resuma tu ministerio
Cuando de niño me recibieron en el Seminario, me enseñaron a encabezar las cartas con el saludo: Queridos padres y hermanos: “La paz y el gozo de la Santísima Trinidad reinen en nuestros corazones”. Ese saludo lo llevo siempre conmigo: Paz y gozo en la Trinidad.

Diócesis Málaga

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