El jesuita Enrique Figaredo es conocido como “el obispo de las sillas de ruedas” por su labor con los damnificados por las minas antipersona en el país del sudeste asiático. Durante su estancia en Málaga, en la tarde del lunes, participa en un coloquio abierto al público (para el que es necesario inscribirse en info@centenariomalaga.com), organizado por la Agrupación de Cofradías dentro de los actos del centenario, en Casa Diocesana. En dicha cita será presentado el proyecto solidario y misionero en el extranjero de la Agrupación.

El martes, visita a las Hijas de Jesús (Jesuitinas) de Málaga y mantiene una reunión con el alcalde de Málaga, D. Francisco de la Torre. Ese mismo día recibe la réplica de la talla de Jesús Resucitado que será venerada en Camboya y recibe una donación de sillas de ruedas para Camboya de la Agrupación de Cofradías.

UNA VIDA PARA LOS DEMÁS

Kike Figaredo SJ dedica su vida a servir a personas en situaciones vulnerables desde 1985. Figaredo comenzó a trabajar en los campos de refugiados en la frontera entre Camboya y Tailandia, siendo el principal responsable del apoyo a personas con discapacidad física, principalmente víctimas de las minas antipersona, consecuencia del terror del régimen de los Jemeres Rojos y los treinta años de guerra civil del país.

Este obispo ayudó a crear el “Banteay Prieb”, centro de formación profesional para personas con discapacidad, y la fábrica para la silla de ruedas “Mekong”. Sus esfuerzos junto a los de su equipo fueron reconocidos en 1997, cuando recibieron el premio Nobel de la Paz y se firmó el tratado de Ottawa, prohibiendo la producción y venta de minas antipersona.