Noticia Diario de una adicta (LXVII). Me sale de dentro Publicado: 14/07/2017: 6012 Si no hubiera sido por la droga, hoy no estaría escribiendo estas líneas. Porque ahora sí deseo vivir, me encuentro en otra situación y descubriendo otro mundo diferente y totalmente distinto que me está dando un sentido y significado a mi vida. Ya empiezo a colocar las piezas en mi interior, en mi vida interna que me era absolutamente desconocida: he vuelto a nacer y desde mis adentro, salen de manera espontánea plegarias de alabanza y agradecimiento, especialmente hacia mis padres. No tengo apetencias económicas ni sociales. Me es fácil dedicar mis mejores energías a aprender a conocerme y sobre todo a aprender a amar, a mostrar cariño a los demás y a superar la grave mutilación afectiva que he sufrido. Me siento en armonía cuando me reconozco la capacidad que tengo para pagar la deuda de gratitud hacia los míos. ¡Puedo querer a los demás y reconocer lo que los otros me han dado de bueno! Estoy experimentando cómo el sentimiento de gratitud es especialmente enriquecedor. Claro que algunas pesadillas surgen con una fuerza y dramatismo que superan a la realidad, y vivo como una película de terror de la que no puedo escapar y en la que participa todo mi ser. Diversas historias pasadas salen, de vez en cuando, a la superficie de mi conciencia, y aunque yo sigo rechazándolas de plano por el miedo a contemplarlas, a veces, casi me recreo en ellas de una manera morbosa: me siento culpable de todo. Hoy ya no intento anularlas, sino que dejo que salgan de la memoria y que se desplieguen en la mente. Las proyecto como en una pantalla, y las analizo y valoro con Carmen, para buscar causas y efectos, y ajustar la realidad objetiva y la experimentada, sin encubrir nada y superando las posibles amnesias terapéuticas. Estoy consiguiendo ver la película con serenidad, y tengo una experiencia de refuerzo interno cuando experimento como, en muchas escenas que fueron trágicas, soy capaz de eliminar la conexión emotiva: la interpretación que realizo aumenta mí confianza y seguridad. Tengo especial interés en sanear mi pasado, para que no me condicione el futuro, por eso, ahora me enfrento a él, con la razón y la lógica, pero hasta hace poco tiempo no podía acercarme a ellos sin que la angustia se apoderara de mí, ¡qué suerte, que libertad, qué descanso y qué alegría! Soy culpable de muchas cosas pero también inocente de otras. No quiero reprimir esas experiencias, sino sacarlas, sanearlas y asumir mi parte de responsabilidad, pero no para sufrir, sino para saldar esas culpas y dejar espacios libres y cada vez más anchos en mi interior. En fin, el objetivo principal es transformar esos recuerdos traumáticos y enquistados en mi mente, en experiencias con consecuencias terapéuticas que me sirvan en el futuro: aprender de lo sucedido, porque mi vida con la droga ha quedado grabada en los famosos circuitos cerebrales y el trabajo consiste en valorar y modificar la interpretación de lo sucedido desde una posición emocional totalmente diferente, y sacar conclusiones positivas que se conviertan en referencias de futuro.