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Lectio Divina con el evangelio del Domingo IV de Cuaresma

Dios nos ama con todo su CORazón. Domingo IV de Cuaresma, 6 de marzo de 2016 · Autor: FANO
Publicado: 03/03/2016: 3177

Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del IV Domingo de Cuaresma.

Ese hijo tuyo... ese hermano tuyo

Lectura (Lectio)
Nos encontramos hoy con un texto de sobra conocido. Quizá sea complicado ponerle un título que recoja todos los matices de la parábola; tradicionalmente se ha llamado del “hijo pródigo”, pero muy bien se podría llamar del “padre misericordioso”. En este año y en este tiempo el tema de la misericordia reaparece con fuerza. Leamos atentamente el texto.

Meditación (Meditatio)
Al meditar esta parábola, normalmente tenemos la tendencia a identificarnos con el personaje “malo”. En esta parábola solemos sentirnos más cercanos del “hijo pródigo” que de aquel que se quedó en la casa del padre… pero seamos realistas, si nos parecemos a alguno, es precisamente a este segundo. Lo que pasa es que el mayor está igual de perdido que su hermano pequeño. Basta comprobar cómo se dirige a su padre (“en tantos años como te sirvo”) y cómo se refiere a su hermano (“ese hijo tuyo”, negando la relación con él). Si el hermano pequeño ha roto la relación físicamente (al gastar su herencia lejos), el mayor ha perdido la oportunidad de sentirse hijo y hermano. La solución tanto a un problema como al otro estriba en la misericordia del padre (dudo si escribirlo con mayúsculas). Esa misericordia la ejerce tanto con uno como con el otro, y sobre todo tiende a devolver a su ser la relación que se había perdido. Con el primero se vuelca para que se sienta de nuevo en casa, haciendo fiesta e involucrando a toda la familia, a toda la casa. Con el segundo, recordándole e invitándole a renovar la relación de fraternidad (“este hermano tuyo”). No importa lo perdidos que estemos, no importa si hemos roto la hermandad… lo que vale, lo que triunfa es el perdón y la misericordia del Padre (ahora sí), que renueva y fortalece, que restaura y fortifica nuestra débil condición de hermanos e hijos.

Oración (Oratio)
He pecado contra el cielo y contra ti. Así se quería presentar el hijo pródigo. Hoy la oración puede pasar del reconocimiento del pecado a la gratitud por sentirnos perdonados. Aprovecha para hablar con Dios, Él que tanto te ama. No dejes de hablar con Él, que sale cada día al camino para ver por dónde vienes. 

Contemplación (Contemplatio)
Déjate, en este paso de la lectio, rodear de su misericordia. Repite alguna frase, descúbrete mirándolo y descúbrele mirándote. Que nada ni nadie impida la contemplación.

Compromiso (Actio)
Un buen compromiso, a raíz de esta meditación, puede ser ir a la confesión, recibir el sacramento de la misericordia. Pero también puedes comprometerte a ser misericordioso con los que te rodean, a recuperar relaciones de fraternidad rotas o a punto de resquebrajarse. Quizá hoy más que nunca es el día de poner en práctica el lema del Año de la Misericordia: misericordiosos como el Padre.

Diócesis Málaga

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