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Lectio Divina con el evangelio del Domingo IV del Tiempo Ordinario

El hijo del carpintero crea una nueva humanidad · Autor: FANO
Publicado: 29/01/2016: 2586

Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del Domingo IV del Tiempo Ordinario.

Lectura (Lectio)
El evangelio de este domingo es la continuación o segunda parte de la escena de Jesús en la sinagoga de Nazaret. Al leerlo, debemos recordar lo que sucedió y tenerlo presente, para poder comprender bien el contexto. Repaso el texto una y otra vez, anotando o señalando las palabras que más me llaman la atención, hasta comprender bien lo que el fragmento dice.

Meditación (Meditatio)
Si en el evangelio de la semana pasada asistían atónitos a las palabras de Jesús, los habitantes de Nazaret hoy se revelan violentos. El sentido nacionalista de los nazarenos parece exacerbado, puesto que lo que expone Jesús, cuando cita a la viuda y al leproso que reciben la atención de Dios, no es tan radical: en la Biblia hay siempre una puerta abierta a los “extranjeros” que se acercan al Señor. Quizá lo que exaspera al pueblo natal de Jesús es que lo tachen de no ser acogedor, virtud muy estimada en el medio oriente… aunque lo más seguro es que lo que extraña de todo el pasaje a los habitantes de aquella pequeña aldea es que Jesús exprese que la Escritura se ha cumplido hoy, delante de aquel público. La apertura universal que el Señor propone, al contrario que la visión corta y centrada en sí mismos de los nazaretanos, nos permite hoy en día estar leyendo estas líneas y comprendiendo que Dios nos quiere hablar también a nosotros. Además, es posible otra lectura acerca de los dos casos que Jesús propone: en las dos ocasiones se produce el “milagro” de forma sencilla, sin grandes aspavientos. Quizá esta circunstancia acabó de suscitar esa respuesta violenta
de la sinagoga, que trata de “eliminar” el factor que podría desestabilizar su seguridad. Jesús escapa de frente, pasando por medio de ellos, sin demostrar miedo alguno.

Oración (Oratio)
El Hijo de José, el que conocían desde pequeño, se ha revelado como profeta… y algo más. Los de su pueblo natal no pueden entender que Jesús se presente como “cumplimiento” de la Escritura, como el que “tenía que venir”. Pide al Señor en este momento que siempre reconozcas su poder salvador, que siempre lo tengas presente como Mesías, como el “Esperado de los pueblos”. Agradece también que haya querido venir a nosotros.

Contemplación (Contemplatio)
«Estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca». Admiración podría ser como la antesala de la contemplación. Los nazarenos no dan este paso. Hazlo tú ahora por ellos: admira y contempla su bondad y su misericordia, que quiere alcanzar a toda la tierra… y que quiere hacerlo desde la sencillez y humildad de Nazaret.

Compromiso (Actio)
¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo llevar a la práctica lo rezado y experimentado? Gasta un tiempo en responder a estas preguntas, y hazlo desde la sinceridad y el compromiso de cumplirlo.

Diócesis Málaga

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