«Con las manos en la masa», así están los jóvenes de las parroquias de Ronda. Desde hace cinco años las comunidades católicas de la ciudad vienen alentando este grupo, formado por un unos 12 o 14 chicos y chicas de entre 14 y 18 años que tienen sus reuniones en los salones parroquiales de San Rafael. El grupo, que camina bajo la guía del arcipreste, José Luis Pastor, es llevado entre el sacerdote Gerardo Rosales, párroco de Juzcar, Alpandeire y Faraján y capellán del hospital de Ronda, y la seglar Auxi Parra Valenzuela.

Todos los años realizan un campamento con el arciprestazgo, pero el punto de madurez en el que se encuentran les ha hecho pensar algo especial para este curso. En esta ocasión se ha pensado realizar una peregrinación mariana, que saldría desde Ronda y les llevaría a Andújar, Torreciudad y Zaragoza, terminando con la visita al Santuario de la Virgen de Lourdes.

«Los vemos preparados para asumir responsabilidades. Son el futuro de la Iglesia, por lo que hemos apostado por ellos para que vayan llevando a cabo misiones concretas dentro de sus parroquias», cuenta Auxi. «Se han formado para ser monitores, y el 5 de junio van a coordinar ellos mismos una actividad con los niños que han recibido este año la comunión por primera vez. Es una evolución muy bonita la que están viviendo como miembros activos de la Iglesia, y es importante que sientan que pueden aportar mucho a sus parroquias».

Este paso de madurez es el que les ha inspirado esta peregrinación. «Visitaremos distintos santuarios marianos para pedirle a la Virgen que les dé fortaleza suficiente en el camino de ir tomando el relevo que la Iglesia les está ofreciendo -explica Auxi-. Esto, obviamente, debía ir acompañado de un ejemplo más de responsabilidad que les ha llevado a no pedir el dinero a sus padres, sino a asumir el coste de su propia peregrinación». Aunque no es elevado, los jóvenes van a elaborar una serie de actividades para obtener fondos: venta de tartas, tazas, bolsas, pulseras, collares y sorteos, de forma que también aportan su granito de arena para promocionar el comercio de la ciudad que, debido a la pandemia, se encuentran en una situación delicada. La venta de estos objetos se realizará a lo largo del período que resta para el viaje.

Las tartas serán elaboradas y horneadas por los propios jóvenes en el convento de las Franciscanas, que han ofrecido gustosamente sus cocinas, donde habitualmente preparan sus dulces conventuales, pero a este proyecto también han querido sumarse las hermanas Carmelitas del  convento del Corazón Eucarístico de Jesús, que colaboran con esta campaña donando materiales e ingredientes. Las reposteras "jefe" serán la madre y la hermana de una de las jóvenes, y las tartas se elaborarán durante las tardes del miércoles 28, jueves 29 y viernes 30 de abril. «Ya hemos recibido los primeros encargos, la gente se está volcando con el proyecto y muchos piensan en las tartas para el día de la madre, por ejemplo. Además, en estas tardes aprovecharemos para conocer más de cerca uno de nuestros Conventos de Ronda», cuenta la catequista.

Los encargos se podrán realizar a través de la página de Facebook “Rafael Iglesia Ronda”, del perfil de Instragram @jovenesrafael_Ronda y a través del número de teléfono 620 139 174. La creación de las redes sociales, el seguimiento de encargos y demás preparativos son responsabilidad de los propios jóvenes. La recogida de las tartas se realizará en el patio de los salones de la iglesia de San Rafael, el sábado 1 de mayo, mediante cita previa.

UN GRUPO QUE CRECE

En este tiempo de pandemia, este grupo ha mantenido su actividad, telemáticamente o de forma presencial cuando ha sido posible, siguiendo todas las medidas sanitarias. Las excursiones al aire libre son parte de sus citas, también la participación en los encuentros de adoración Adoremus, cuya celebración va rotando por las parroquias de Ronda.

Auxi explica que en este grupo el contenido es muy diverso. «No solo damos formación, que evidentemente es la base, sino que lo compaginamos con actividades lúdicas y espirituales que les ayudan a vivir su fe y llevan el eje transversal de la formación que están trabajando. Queríamos que los chavales tuvieran un espacio donde reunirse y conversar, expresarse libremente sobre aquellos temas que les preocupan y verlo todo desde la perspectiva cristiana».