NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Dolores Ituño: «Necesito mi vida espiritual» Publicado: 18/10/2024: 3126 Entrevista En el día de su patrón, la parroquia de San Francisco de Asís, en Jubrique, entregó a una de sus feligresas, Dolores Ituño Aguilar, la Medalla Pro Ecclesia Malacitana, concedida por el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, «por su gran generosidad y por su entrega dedicada a la parroquia». Una sorpresa preciosa en un día muy importante para la parroquia, ¿no es así? Así fue. No me esperaba nada, fue una gran sorpresa que recibí con mucha alegría, muy agradecida, convencida de que no me merezco tanto. Además el día del patrón del pueblo, san Francisco de Asís, después de la celebración de la Eucaristía de ese día. Fue muy emotivo, muy bien organizado por nuestro párroco, Juan Manuel Caracuel, con el que estamos muy contentos en el pueblo. Sacristana de la parroquia. Esa soy yo, la sacristana de la parroquia. Mi misión es estar pendiente de todo lo que haga falta, pero nunca sola, sino unida a un grupo de personas de la parroquia que también está siempre disponible. ¿Desde cuándo es usted parte de su parroquia? Yo le diría que desde toda la vida porque me crié en una familia católica en la que me inculcaron, desde pequeña, el amor a Dios y a la Iglesia. Y desde niña he estado metida en la Iglesia y sigo disponible para lo que sea necesario, desde abrir la puerta de la iglesia y tocar las campanas, hasta preparar el altar para celebrar la Eucaristía cuando llega el párroco, sin olvidar la limpieza del templo y la intendencia necesaria para que no falte lo fundamental. Muchos curas los que ha conocido en estos años. Muchos, pero todos han sido maravillosos. A Jubrique han venido curas muy buenos todos. ¿Por qué le da usted gracias a Dios? Pues por todo, desde que me levanto hasta que me acuesto veo la mano de Dios en todo. Le doy gracias por tener un nuevo día para vivir, por mi familia… por todo. ¿Qué es para usted su parroquia? Es la casa de Dios, en la que he recibido y sigo recibiendo los sacramentos. Sin mi parroquia, yo no sería nadie, porque yo necesito la Misa, la oración, ir a visitar al Santísimo. Necesito mi vida espiritual.