NoticiaMedalla Pro-Ecclesia Malacitana Francisca Codés: «Me encanta ir a hacerle una visita al Santísimo» Publicado: 17/06/2024: 5157 Serrato Francisca Codés Ramírez es una vecina del pueblo de Serrato y en su parroquia, Nuestra Señora del Rosario, recibió la Medalla Pro Ecclesia Malacitana, concedida por el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, «por su gran generosidad y por su entrega dedicada a la parroquia». El día en que recibió la Medalla estaban celebrando en la parroquia confirmaciones, ¿no es así? Así es. Es lo que menos me podía yo esperar. Vino el arcipreste, D. Serafín, a confirmar a algunas personas de la parroquia y, cuando me llamó, me quedé en blanco, “cuajá” como decimos, y no fui capaz de decir una palabra. Me hizo muchísima ilusión, pero me quedé sin palabras. Una de mis hijas vive en Ronda y otra en Málaga, a una la llamaron porque iba a ser madrina de una de las que se confirmaba pero la otra ya no tenía excusa de por qué estaba aquí, aún así, fue sorpresa total, y aún me emociono al recordarlo. × Usted es vecina del pueblo de toda la vida, ¿verdad? Desde que nací, y en la parroquia llevo muchos años. Allí he hecho de todo, lo que hace falta porque hay que estar pendiente, sobre todo de las cosas que, a lo mejor nadie quiere hacerlas, pero son muy necesarias. No se trata sólo de preparar lo necesario para la Misa, sino de salir a la calle y pedir colaboración, y así conseguimos comprar la custodia, pintar el templo y muchas cosas más. ¿Qué es para usted la parroquia? Sinceramente, a mí me gusta ir a la iglesia y todo lo que hago, lo hago muy a gusto. Tengo 77 años y no estoy mal pero me dio un ictus hace un año y ahora puedo ir menos a la parroquia, aunque nunca paro de hacer alguna cosa. He conocido a muchos curas y todos han sido maravillosos, hasta el actual, Rafael López. A una le da mucha alegría cuando la recuerdan. Hace poco me llamó uno de los curas que ha pasado por este pueblo, Antonio Carrasco, simplemente para saber cómo estaba, es el mejor regalo que puede una recibir. ¿Por qué da usted gracias a Dios? Para empezar le doy gracias porque, después del ictus, no me he quedado postrada en la cama ni en una silla de ruedas, con mi muleta voy tirando. Por mi familia, por el regalo de la vida de cada día… porque puedo salir y darle vueltas al santísimo, para que no se le apague la luz. A mí me gusta estar pendiente de lo que haya que hacer en la parroquia. A los jóvenes, ¿qué les dice? Hay que hablarles con mucho cariño. Muchos no quieren acercarse a la iglesia, con la de cosas buenas que se puede hacer en ella. Cuando yo era joven, íbamos mucho más a la Iglesia. Las madres llevaban a los hijos, en mi caso, mi madre falleció cuando yo tenía 7 años, pero a mí me gustaba ir porque siempre ha sido un lugar donde he encontrado paz.