NoticiaSeminario Daniel Gutiérrez: «La muerte de mi abuela marcó un antes y un después en mi vida» Publicado: 03/01/2024: 30180 Ordenación El sábado 13 de enero, el Sr. Obispo ordenó como sacerdote a Daniel Gutiérrez Santiago, quien se convierte en el sacerdote más joven de la diócesis, con tan sólo 24 años. Su primera Misa la celebra el domingo 14, a las 17.30 horas, en la parroquia de San Juan Bautista, en Vélez-Málaga. En la mañana del 9 de enero, Daniel realizó la profesión de fe y el juramento ante el Sr. Obispo, los formadores y varios sacerdotes testigos. «Deseo servir con mucho cariño al Pueblo de Dios que se me encomiende» A sus 24 años, Daniel se convierte en el sacerdote más joven de la diócesis de Málaga y uno de los más jóvenes de España. Horas antes de la ordenación, se acercó a los micrófonos de COPE Málaga para participar en el programa El Espejo, en directo. Aquí pueden escuchar el podcast: EL ESPEJO MÁLAGA 12012024. Daniel Gutiérrez Santiago, nuevo sacerdote para la Iglesia de Málaga Llegó el día. ¿Cómo recuerda los inicios de su vocación sacerdotal, cómo sintió la llamada del Señor? Ahora que miro hacia atrás y leo mi vida en esa clave, descubro que el Señor siempre me ha ido llamando a conocerle, amarle y seguirle. Recuerdo que cuando era pequeño mi abuela fue la que me enseñó a rezar, a hablar con el Señor. Recuerdo que en la catequesis me fascinaba la persona de Jesús. Pero en mi vida, a raíz de la muerte de mi abuela (2013), hay un antes y un después, y es ahí donde acudo más al Señor, y comienzo a ir a mi parroquia de San Juan, en Vélez-Málaga. En la parroquia descubro la verdadera imagen de la Iglesia, una Iglesia que acompaña al que sufre, que ayuda al que no tiene recursos, que escucha al que lo necesita… Y la figura del sacerdote, en la persona de Paco Sánchez, una persona que se da a los demás por hacer visible el amor de Dios. Y, poco a poco, por medio de personas y circunstancias concretas, voy descubriendo que el Señor me llama a la vida sacerdotal. Aunque esto no lo tuve tan claro desde el principio, a mí me decían “el Señor te llama” y yo me cachondeaba diciendo “que siga llamando, que yo el teléfono no lo he escuchado”. A la vista está que siguió insistiendo. × Natural de Vélez-Málaga, ¿cómo está viviendo su familia este tiempo de preparación? Con los nervios propios del momento. Aunque no son mucho de participar en la Iglesia, sí se ven ilusionados porque se acerca el día más importante de mi vida. Me están acompañando con mucho cariño, y mucha ilusión. Desde su ordenación como diácono, ¿cómo ha sido este tiempo de servicio, en qué parroquias ha estado? Pues ha sido un diaconado muy completo. Comencé la aventura en el Sáhara, como bien fuisteis informando día a día. Más adelante vino la JMJ, que fue muy especial para mí. Y tras esas dos experiencias, me incorporé a la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en el Puerto de la Torre, allí estuve el año anterior de pastoral, y también he tenido la suerte de vivir mi diaconado. He celebrado bautizos, bodas, liturgia de la Palabra, he visitado a los enfermos y mayores, he participado en la coordinación de grupos, y en un sinfín de actividades, todas ellas muy enriquecedoras. También soy capellán en el colegio Santa Rosa de Lima, junto a mi compañero Álvaro López Cardosa. Y, desde noviembre, estoy atendiendo el pueblo de Álora, realizando funerales y bautizos. Como podéis comprobar he tenido un diaconado muy completo y muy enriquecedor. ¿Qué destacaría de su tiempo en el Seminario? Doy gracias a Dios por mi tiempo en el Seminario. Ya que, en ese sitio tan emblemático para nuestra diócesis, me ha sido dada una formación maravillosa, en la que he crecido a todos los niveles: como persona, en lo espiritual, a nivel intelectual, en saber darme a los demás… Ha sido un tiempo de gracia, en el que la semilla de la vocación sacerdotal ha ido creciendo y haciéndose más fuerte, ahora confiemos en que dé buenos frutos. ¿Con qué expectativas comienza su sacerdocio? Espero tener un comienzo bueno, en el que sepa poner en práctica todo aquello que he aprendido y rezado. Deseo servir con mucho cariño al Pueblo de Dios que se me encomiende. Y, sobre todo, hacer visible el amor de Dios por medio de mis obras y de mis palabras, para que otras personas le puedan conocer, amar y seguir. Un consejo que le hayan dado y recuerde todos los días. Siendo sincero, no hay ninguno que recuerde todos los días. Pero sí hay uno que me marcó para toda la vida, el día de mi confirmación, mi párroco me dijo “que nada, ni nadie, te separe de Cristo”. Y desde entonces intento vivirlo, porque he descubierto que sin el Señor, todo es muy distinto, la vida pierde el sentido. ×