NoticiaCuaresma Camino a la cruz Judas Iscariote (Cena / J. DURÁN), Simón de Cirene (Tiziano, Museo Nacional del Prado), Claudia Prócula (Humildad / F. P. SEGOVIA) y Juana de Cusa (J. Correa de Vivar, Museo Nacional del Prado) Publicado: 05/04/2023: 11949 Personajes secundarios Los personajes secundarios de la Pasión, en el camino de Jesús hasta la cruz, son muchos y diferentes; nos acercamos a conocerlos de cerca. Claudia Prócula, la valiente Claudia Prócula es el nombre que se atribuye, según la tradición, a la mujer de Poncio Pilato, el gobernador de Judea en tiempos de Cristo. En el Evangelio de San Mateo leemos que mandó decir a su marido: «No te metas con ese justo, porque esta noche he tenido pesadillas horribles por su causa» (Mt 26, 19). Esta referencia también aparece en la literatura apócrifa, concretamente en las Actas de Pilato. Claudia fue la única defensora en el juicio contra Jesús. Sus padres, Selene y Marco, estaban emparentados con la nobleza más importante del Imperio. Era sagaz, culta y crítica con las normas establecidas. Jerusalén, en una época tan convulsa, le parecería una ciudad peligrosa. Conoció el temperamento caprichoso y cruel de Calígula, fue testigo de las conspiraciones de Tiberio. Claudia, reconocida como santa por la Iglesia Ortodoxa oriental y etíope, pretendió influir en la decisión fatal de su esposo. Buscó liberar a Jesús, convertir la noche en un camino transitable y el oleaje de la ira del pueblo en una llanura verdeante (cfr Sb 19, 7). Simón de Cirene, el sorprendido Leemos en el relato de la Pasión de Cristo que «cuando salían encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón y le obligaron a llevar la cruz de Jesús» (Mt 27, 32). Simón de Cirene venía del campo a media mañana y se encontró con Jesús de Nazaret en la comitiva de reos. Era común cruzarse con ese dantesco espectáculo: condenados a muerte camino del Gólgota. No lo era tanto que oficiales romanos requiriesen a alguien para ayudar a un ajusticiado a llevar el travesaño de la cruz. Pero a Simón le ocurrió. El Nazareno estaría exhausto después de la tortura de la flagelación. Lo refieren tres de los cuatro evangelistas: Mateo, Marcos y Lucas. El evangelista Marcos nos dice que era el padre de Alejandro y Rufo y hay quien asegura que eran conocidos entre los cristianos. Es posible que del encuentro involuntario brotara la fe. A veces, la vida sorprende. Y hasta el mismo sufrimiento propio o ajeno puede llegar a convertirse en una oportunidad de encontrarse con Dios. Judas Iscariote, el traidor Judas, el Iscariote, entrega con un beso a su amigo. Un beso de paz y saludo se convierte, trágica e irremediablemente, en un beso traidor, de muerte. El Iscariote imaginó algo diferente; se sintió defraudado. Esperaba del Nazareno otra manera de enfocar las cosas y se deshace de Él vilmente por un puñado de monedas de plata. Traiciona a su amigo. El desgarro interno del Nazareno ante aquel beso traidor provocaría un escalofrío interior incapaz de ser controlado. La traición es cobarde, delata de qué naturaleza está hecho el corazón del hombre. Las pasiones humanas son así: contradictorias y decisorias a la vez. La traición de Judas desencadena dos muertes: la de su maestro y la suya propia. Juana de Cusa, la testigo Juana es el nombre de una de las mujeres mencionadas en los evangelios. El evangelista san Lucas la refiere como miembro del grupo de mujeres que acompañaba a Jesús: «Iban con Él los doce y algunas mujeres que había liberado de malos espíritus y curado de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que había expulsado siete demonios; Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y otras muchas que le asistían con sus bienes». (Lc 8, 1-3) Cusa administraba la casa del rey Herodes Antipas, por lo que varios de los acontecimientos sucedidos en la corte herodiana, como el asesinato de Juan Bautista o el encuentro de Cristo con Herodes, pudieron ser narrados al evangelista Lucas de primera mano por ella. Juana fue una mujer que tendría una postura difícil por la implicación política y religiosa de Herodes con los judíos practicantes. Lucas, en el capítulo 24, también cuenta en referencia a Juana que las primeras en enterarse de la Resurrección de Jesús son las mujeres y se menciona a Juana. Es venerada como santa en las iglesias cristianas católica, anglicana, luterana y ortodoxa.