NoticiaEntrevistas «Si no tienes vocación periodística, mejor vende corbatas» Antonio Guadamuro · Autor: S. FENOSA Publicado: 23/01/2015: 20188 Este año cumplirá 49 de su ingreso en Radio Popular (hoy COPE) y acaba de recibir el premio Cardenal Herrera por su trayectoria periodística. Un premio que –señala– «lo es todo para mí, por el reconocimiento de mis compañeros y por llevar el nombre de Don Ángel» -¿Por qué periodista? -Por afición, por devoción y porque me encanta. Tenía un tío que trabajaba en Radio Nacional y muchísimas tardes las pasaba allí. -Estudió con los agustinos... -¡Con una beca de monaguillo! Luego me fui a la Escuela de Periodismo de Madrid. Colaboré en La Tarde, en la Hoja del Lunes, en Ideal, hasta que en el 66 se vino a Málaga Radio Popular, que estaba en Vélez, y allí entré yo. -¿Qué le ha aportado el periodismo? -Me lo ha dado todo. El periodista es como el médico. Si no tienes vocación, mejor vende corbatas. Yo, a pesar de estar jubilado, sigo colaborando con las mismas ganas, hasta que Dios quiera. -Periodista de cofradías, pero no cofrade -Decidí que, si quiero tener libertad, mejor no pertenecer a ninguna cofradía. Yo no soy de ninguna, y así soy de todas. -A los que piden eliminar la Semana Santa en las calles ¿Qué les decimos? -Es de las mayores burradas que he escuchado. Recordemos que la Semana Santa malagueña tiene cinco siglos, no es cosa de Franco. Para los creyentes es una celebración de fe, para los no, un espectáculo. -Tiene usted una de las audiotecas más importantes de Málaga ¿Qué tesoros esconde? -Tengo, por ejemplo, todos los pregones de Semana Santa desde el año 57, homilías del cardenal Herrera, entrevistas con María Zambrano, Jorgue Guillén... -Lo de usted con el Cardenal Herrera es auténtica devoción -Por eso me ha hecho tanta ilusión el premio. Por supuesto que por el reconocimiento de tanta gente de la profesión que me ha llamado para felicitarme, pero después, por llevar el nombre de Don Ángel. Cuando entro en la Catedral, lo primero que hago es ir a visitar el Sagrario e, inmediatamente, acudo a la tumba del Cardenal Herrera Oria. -¿Qué recuerda de él? -Era una persona encantadora, fabulosa. Recuerdo de pequeño entrar en un bar con mi padre y sorprenderme del silencio que había. Y es que todo el mundo se paraba a escuchar las homilías del cardenal desde la Catedral. Se hacía el silencio durante los 10 ó 15 minutos de la misma. Es una pena que en Málaga no se le haya hecho mucho caso.