VIENE A ILUMINAR LAS TINIEBLAS

Hoy en día están de moda los “cuentacuentos”; también los que crean la “narración”, el “relato” de algo que está aconteciendo y necesita discurso. Los hay malos, mediocres y sublimes. Pero lo del Evangelio de este domingo no tiene parangón. Dios tiene un Verbo, que pertenece al núcleo más íntimo de la familia divina. 

La trinidad, experiencia de amor 

Desde siempre ha vivido porque pertenece a esa experiencia de amor que llamamos Trinidad. Y llegado el momento, según el contar de Dios, ese Verbo se convierte en “cuentacuentos”, en “relator”. Pero lo hace como sólo Dios sabe hacerlo: el Verbo se hace de la misma carne de aquellos que lo escuchan. Así les puede hablar de la experiencia de Dios con la experiencia del ser humano. Lo hace como el que no va de visita, sino que pone su tienda en lo más bajo, en lo más dentro y en lo más cerca de la humanidad. 

Él es la “palabra luminosa” que nace de la entrañable misericordia de Dios para iluminar las tinieblas de los corazones y del corazón del mundo.