Dios sorprende

En esta Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la liturgia de la Iglesia nos invita a meditar sobre la conmovedora escena de la Anunciación. La Virgen María, ante el anuncio del Ángel, no oculta su asombro. Dios la ha elegido a ella para hacerse hombre; a una criatura humilde y débil, que no ha hecho cosas extraordinarias, pero que está abierta a Dios. Tiene miedo de lo que Dios le pide. Es consciente de la misión que está recibiendo, pero es realista, mira su condición y no lo puede comprender del todo.

Sin embargo, dice que “Sí”, más por confianza y fe, que por conocimiento. Dios siempre sorprende, rompe nuestros esquemas, pone en crisis nuestros proyectos, y nos dice: Fíate de mí, no tengas miedo, déjate sorprender. Al igual que María tengamos un corazón abierto, acogedor, para que la Palabra habite en nosotros y nos ilumine el camino a seguir. María nos enseña la humildad, la ilusión, la esperanza, la espera paciente y la aceptación de la voluntad de Dios. Salgamos de nosotros mismos para que Cristo se haga presente en nuestro interior y respondamos “Sí” a los planes de Dios, porque responder afirmativamente es vivir con alegría, con esperanza, con amor, en medio de las pruebas de la vida o de las contradicciones que experimentamos; es dejar que Él nos guíe. Junto a María contestemos: “hágase en mi tu voluntad”. ¡Feliz espera!