NoticiaOración Juan Carlos Luque: «La Eucaristía es mi gasolina» Juan Carlos Luque Publicado: 11/05/2021: 11953 Juan Carlos Luque es cordobés pero llegó a Málaga y se enamoró de esta tierra, donde ha tenido a sus tres hijos y vive con su mujer. Empresario de toda la vida, la crisis del 2008 le llevó a reinventarse, y apostó por el coaching y el mundo del deporte. Hoy es profesor y coach en la Federación Española de Fútbol (RFEF), así como para familias que atraviesan dificultad o para personas privadas de libertad a través de un programa entre Instituciones Penitenciarias y la RFEF. «En mi casa siempre ha habido unas bases sólidas y morales muy fuertes», explica Luque. Su recuerdo de la oración es ver a su madre sentarse en su cama cada noche y rezar con él. Con un poco más de edad entró a estudiar de interno con los dominicos, donde siguió cultivando su gran pasión: el deporte. «Allí empecé a ser un poco más consciente de lo que el Señor significaba en mi vida. Hasta que, con 19 años, me encontré de lleno con Él en unos cursillos de cristiandad en Córdoba. Aquello transformó mi sentir y mi compromiso cristiano, para decirle al Señor que Sí a todo. Descubrí que Jesús era mi amigo, mi confidente, el hombro en que apoyarme, esa persona ante la que descubrirme y decirle: aquí me tienes con todos mis defectos. Y así ha sido desde entonces». Para Juan Carlos Luque la oración es fundamental. «Lo significa prácticamente todo. Es el lugar donde refugiarme, donde me encuentro con Jesús, aquel en quien confiar, a quien pedir y encomendar todo lo que pasa en mi vida. Y lo comparto con mi mujer. Desde que íbamos a casarnos, teníamos claro que Dios era el pilar de nuestra vida». Juan Carlos recomienda la oración, «independientemente de las creencias, porque la persona que la practique se encontrará consigo misma, y descubrirá que viajando hacia dentro llega mucho más lejos que viajando hacia fuera, y vendrá un momento en que la fe, que es un regalo del Señor, cuando se está en escucha, llega». EL ROSARIO Este coach, deportivo, que también presta ayuda a familias y personas internas en prisión, reza en cualquier momento y lugar. «Cuando llevo a mi hija de doce años en moto al colegio, vamos rezando y damos gracias por todo, y ella dice “gracias, Señor, por la familia tan unida que tenemos”. Cuando la escucho, no me canso de darle gracias a Dios por lo que hemos formado entre Nieves y yo, con su ayuda», confiesa. Su oración preferida es el Rosario, «aunque solo me dé tiempo a rezar un misterio, Cuando termino, tengo la sensación de que he estado un rato con mi Madre, ella sabe que estoy aquí y me da fuerzas para continuar el día», afirma. «Aunque lo más importante es la Eucaristía, intento ir a diario y es lo que realmente me da la gasolina para afrontar lo que venga en el día a día de un modo totalmente distinto».