Acción Católica está preparando un gran acontecimiento como va a ser la III Asamblea que tendrá lugar en Santiago de Compostela en verano. ¿Qué pretenden con esta iniciativa?

Esta asamblea no será una revisión interna de la marcha de la propia asociación, sino que queremos convocar a todos los laicos que quieran sumarse para tener esta reflexión sobre el laicado, sobre las parroquias, que tan necesaria es en nuestra diócesis y en nuestra Iglesia. Será del 3 al 6 de agosto y previamente vamos a hacer un camino de Santiago, una peregrinación. No podemos ir a Santiago de Compostela sin hacer un tramo del camino y sin visibilizar un aspecto característico de la Acción Católica que es que queremos caminar juntos, que toda la pastoral, toda el apostolado, toda la evangelización hemos de hacerla juntos. Que juntos somos más convincentes, que juntos podemos llegar más y que juntos podemos articular un mejor testimonio del Evangelio. Quienes quieran más información sobre el encuentro pueden encontrarla en la web www.accioncatolicageneral.es

El mensaje de los obispos para este día afirma que hay que recuperar la fe en el ámbito de lo público. ¿Estamos los cristianos españoles metidos dentro del caparazón?

Yo creo que no. Creo que hay muchas personas que cada día dan testimonio de su fe en medio de su ambiente cotidiano. Pero sí es cierto que quizá nos falta el poder vivir nuestra condición de cristianos más unidos. A veces cuesta que los cristianos sientan la valentía para poder manifestar explícitamente su fe en esos lugares. Creo que lo que sí falta es que los cristianos de nuestras parroquias puedan tener esos ámbitos donde poder compartir y donde poder encontrar cauces comunes para que ese testimonio sea mucho más eficaz en medio de los ambientes en los que viven.

¿Qué papel juega la Acción Católica en la recuperación del ámbito de lo público por parte de los laicos?

Vivimos en una sociedad donde el testimonio aislado es cada vez más difícil, necesitamos el apoyo colectivo, comunitario, que al fin y al cabo es como Jesús configuró su Iglesia. Él no nos llamó para ser islas en medio del océano sino para reunirnos en comunidad y que así nuestro testimonio fuera más creíble, y esa es la vocación de Acción Católica.