NoticiaEntrevistas Juan Vicente Boo: «El papa Francisco tiene una alegría contagiosa» Juan Vicente Boo, corresponsal del diario ABC en el Vaticano Publicado: 02/05/2017: 13714 Juan Vicente Boo (A Pobra do Caramiñal, La Coruña, 1954) es corresponsal del diario ABC en el Vaticano desde hace 18 años, después de 13 en Bruselas, Nueva York e incluso en Hong Kong. Recientemente, ha visitado Málaga para presentar su último libro “El Papa de la alegría”. “El Papa de la alegría”, ¿por qué ese título? Porque el papa Francisco tiene una alegría contagiosa y quien le observa de cerca se encuentra con las claves y los pequeños secretos de los diversos manantiales de su alegría. Los que viajamos con el Papa y le observamos cada día tenemos muchas suerte porque vamos incorporando esa alegría a nuestras vidas y estamos mucho más contentos. Eso estaba pensando, que es un afortunado, 18 años ejerciendo como corresponsal en el Vaticano. Sí, lo soy, sobre todo porque cada uno de los Papas es fantástico, de modos distintos. Juan Pablo II fue un gigante de santidad, de impacto mundial; Benedicto XVI era una persona encantadora, de cerca enternecedor; y Francisco es un personaje absolutamente fuera de serie. Acompañándolo en sus visitas por el mundo, visitamos cárceles, hospitales de niños, países con problemas gigantescos… Cuatro años de Pontificado del papa Francisco, ¿cómo lo ha vivido usted? El Pontificado del papa Francisco va a un ritmo verdaderamente meteórico. El impacto del papa Francisco, en estos 4 años, dentro de la Iglesia y fuera de ella, con otras culturas y religiones, y en temas de mucho interés e impacto como son la ecología y la política. ¿Qué le impulsó a escribir esta obra? Para mí, como para muchos, fue una sorpresa la elección del cardenal Bergoglio como Papa. Entonces comencé a devorar todas las biografías que encontré. Al cabo de dos años de Pontificado, me di cuenta de que el balance ya era gigantesco, y esperaba que alguien publicase un balance analítico de lo que había hecho hasta entonces, pero no lo veía publicado. Varios amigos me insistieron, me animé y puse mis conocimientos al servicio. Roma, Bruselas, Nueva York, hasta Japón han sido algunos de sus destinos como periodista. ¿Cómo le ayuda conocer otras culturas en su vida personal y en su fe? Mucho, sobre todo si uno parte de una actitud de humildad y de querer entender la religiosidad de los demás y los modos de manifestarla. Por ejemplo, la religiosidad popular se manifiesta en Andalucía de modos distintos que en Alemania, o de modos distintos que en Perú o en Japón. Y también se aprende mucho de las personas que profesan otra fe. El papa Francisco, como hacía san Juan Pablo II, nos recuerda con frecuencia que todos somos todos hijos de Dios y que el contacto con otras personas enriquece muchísimo. Acompañando al papa Francisco, hemos visto a una religiosa de 85 años cruzando el río Bangüi para llevar a una niña a conocer al Papa, cuando visitó la República Centroafricana. En Sri Lanka, en el aeropuerto, además de la típica banda de música militar, había 40 elefantes esperando la llegada de Francisco y es que, para los budistas, los elefantes son lo mejor que tiene, y así quisieron recibirlo. ¿Qué consejos le daría usted a una humilde periodista como yo? Bueno, todos somos personas corrientes y todas valiosísimas. Yo aconsejo lo mismo que hace Francisco: en primer lugar, que el Evangelio es buena noticia y hay que anunciarlo con alegría (de ahí los títulos de sus primeros documentos); lo segundo es que tengamos muchísima más confianza en el Espíritu Santo que no intentemos organizarlo todo, sino que el Espíritu Santo nos irá presentando sorpresas y en cada momento nos guiará; y la tercera, es algo que dijo una vez a unos jugadores de fútbol: "a mí me gusta el fútbol y voy por la vida como el portero, que es alguien que tiene que estar preparado para que le disparen el balón desde cualquier ángulo, unos atrapará y otro no”. Pues así tenemos que estar, dispuestos a recibir sorpresas y a que nos disparen el balón desde cualquier lugar e intentar agarrarlo.