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Exposición sobre "Herrera Oria, su tiempo y su obra" (ArsMálaga-Palacio Episcopal)

Publicado: 18/01/2016: 8458

INTERVENCIÓN DE MONS. JESÚS CATALÁ

EN LA EXPOSICIÓN SOBRE

“HERRERA ORIA, SU TIEMPO Y SU OBRA”

(“Ars Málaga”- Palacio Episcopal, 18 enero 2016)

La presente Exposición, titulada “Herrera Oria, su tiempo y su obra”, está organizada por la Diócesis de Málaga y la Fundación San Pablo Andalucía-CEU, con la colaboración de otras instituciones y entidades. Expuesta anteriormente en Sevilla (septiembre de 2015), se presenta ahora enriquecida por la aportación de nuevos elementos, vinculados al ministerio episcopal del Card. Ángel Herrera Oria en Málaga, donde estuvo de Obispo durante 19 años.

Los oradores, que me han precedido en el uso de la palabra, han destacado diversos aspectos de la vida del Card. Herrera Oria, sobre todo educativos y sociales. Quisiera remarcar algunos rasgos suyos significativos como pastor malacitano.

1. Vida de oración y espiritualidad

Quienes conocieron de cerca a D. Ángel, primero como apóstol seglar y luego como obispo, destacan unánimemente su profunda vida espiritual. Como el hielo del iceberg, cuya mayor parte está sumergido y oculto, pero dando solidez y fuerza a la parte que se ve, la oración y la unión personal y vital de D. Ángel Herrera con Cristo, le daba aplomo y energía para el ejercicio de su ejemplar pastoreo diocesano. Su vida rezumaba la presencia de Dios, que se traslucía en sus palabras, en sus gestos, en sus homilías, en sus cartas pastorales, en sus actividades y en sus obras. Acuñó su lema episcopal con la frase: Oratio et ministerium Verbi. D. Ángel se nutrió de la asidua lectura de los grandes místicos y maestros de espiritualidad españoles (San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, San Ignacio de Loyola), que conocía a la perfección. Tenía como centro de su vida la Eucaristía: celebrada, adorada y vivida. Su método de vida espiritual consistía en ser discípulo del Maestro interior: el Espíritu Santo.

2. El ministerio de la Palabra

Como hemos dicho, en su lema episcopal aparecía el Ministerio de la Palabra, que asumió con gran responsabilidad y compromiso. No solo era un gran orador, sino sobre todo un transmisor viviente de la Palabra de Dios, como quedó expresado en la obra “La Palabra de Cristo”, que él promovió. Exponente de su celo por la predicación del Evangelio son sus homilías dominicales en la Catedral. Cuando ya no residía aquí, venía desde Madrid para predicar a sus fieles la Palabra de Dios; toda Málaga estaba pendiente de los labios del predicador: los que participaban en la Misa de la Catedral y los que le escuchaban fuera, en las casas, en los bares, en los taxis, en los autobuses, en los hospitales, en los campos y hasta en las playas. Las palabras llenas de fervor y de unción de su Obispo atraían la atención de los oyentes, que las esperaban como un bálsamo que cicatrizaba las heridas de su corazón. También aprovechó los medios de comunicación social de su época para extender la Palabra de Dios.

3. El compromiso social y transformador de la fe

Es bien sabido que D. Ángel fue promotor destacado en España de la conciencia social, que él veía tan débil en los católicos españoles de su época. Toda su vida fue un gran propagandista de las encíclicas sociales. Muchas fueron las obras que puso en marcha para ello, y que aquí citamos de pasada: Instituto Social León XIII, Escuela de Ciudadanía Cristiana, Cursos de Verano, Escuelas Sociales, Semanas Sociales, y un largo etc. Él tenía conciencia que la Doctrina Social de la Iglesia es parte integrante esencial de la concepción cristiana de la vida, como luego afirmaría Juan XXIII en la encíclica Mater et Magistra y han recordado todos los Papas posteriores hasta el actual papa Francisco en su exhortación Evangelii gaudium.

4. La promoción integral de las personas

Toda la vida de D. Ángel está jalonada de obras y proyectos no solo para transmitir, sino para poner en práctica la Doctrina Social de la Iglesia. Pretendía promover social, cultural y religiosamente a los campesinos, a los pescadores, a los obreros, sectores de la sociedad tantas veces postergados. Limitándonos a nuestra Diócesis de Málaga, hay que destacar la impresionante obra de las Escuelas-Capillas, el trabajo en los campos de los seminaristas teólogos y de universitarios, que él formaba en el Colegio Mayor Pío XII. Su obra de educación integral en Málaga sigue adelante a través de la Fundación diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria.

5. La formación de minorías apostólicas selectas

El Card. Herrera Oria tenía una preocupación especial por formar minorías apostólicas selectas, que se dedicaran a transformar la sociedad desde los puestos de mayor responsabilidad de la vida pública. Esta era una característica muy importante, que hay que entender y que se encontraba en el código vital y transformador del Padre Ayala y de D. Ángel, cofundadores de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdeP). Desde esta clave se entiende su preocupación por el Seminario, por los sacerdotes y por la cuidadosa preparación de seglares, que asumieran un compromiso transformador en la vida pública. Soñaba con la preparación de un grupo de apóstoles (sacerdotes, misioneros, religiosos, maestros, alcaldes, médicos, catedráticos, obreros), que fueran selectos en su vida de fe, en su oración, en su formación y en su trabajo por la promoción del pueblo.

Con la presente Exposición queremos ofrecer a toda Málaga y a quienes nos visitan una visión conjunta y amplia de la vida y obra de nuestro querido D. Ángel Herrera Oria, que esperamos puedan contemplar con gozo y buen fruto. Muchas gracias por su atención.

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