Noticia Se ha hecho uno de nosotros Publicado: 10/12/2015: 2968 Celebramos este tercer domingo de Adviento el domingo de la alegría. En el saludo del ángel llama la atención que no dirija a María el acostumbrado saludo judío, shalom –la paz esté contigo–, sino que use la fórmula griega chaíre, ¡Alégrate! (cf. Lc 1, 28). Con este saludo, el ángel comienza en sentido propio el Nuevo Testamento. En el Evangelio vemos cómo los hechos que marcan el inicio de la vida de Jesús se caracterizan por la alegría. Cuando el arcángel Gabriel anuncia a la Virgen María que será madre del Salvador, comienza con esta palabra: “¡Alégrate!” (Lc 1,28). En el nacimiento de Jesús, el Ángel del Señor dice a los pastores: «Os anuncio una buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor» (Lc 2,11). Y los Magos que buscaban al niño, «al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría» (Mt 2,10). El motivo de esta alegría es, por lo tanto, la cercanía de Dios, que se ha hecho uno de nosotros. Esto es lo que san Pablo quiso decir cuando escribía a los cristianos de Filipos: «Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca».