DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del domingo XXII del Tiempo Ordinario, por José Manuel Llamas

El profesor de los centros teológicos diocesanos, José Manuel Llamas
Publicado: 31/08/2023: 2682

José Manuel Llamas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del domingo XXII del Tiempo Ordinario, 3 de septiembre de 2023.

La gran pregunta

Las lecturas de hoy nos invitan a dejarnos en manos del Señor. Estamos a principios de septiembre, el mes organizativo por excelencia, en el que arrancamos la locomotora del curso, y con el que nos pueden llegar al corazón dos tentaciones: o bien colocarnos a nosotros mismos en el vértice de nuestros proyectos, con esa tendencia al estresante egocentrismo tan nuestra, tan occidental, o bien tomar una perezosa actitud pietista, poner los ojos en blanco, juntar las palmas de las manos y esperar que el Altísimo lo haga todo. Ambas significan, de algún modo, “dejarse de la mano de Dios”.

El Señor nos propone todo lo contrario: mirarlo a Él, pero no para olvidarnos de lo que pasa a nuestro alrededor, incluido en ello lo que hemos de programar y hacer, sino para aprender a ver la realidad con sus ojos. La gran pregunta es si tengo sed de Dios o no, si quiero que el Señor me seduzca con el fuego rebelde de su vida, si estoy dispuesto a que su misericordia renueve mi corazón y lo moldee a su estilo, si deseo ponerme detrás de Él o, por el contrario, decirle lo que debe hacer, como Pedro.

Claro está: si lo sigo, en el horizonte está la cruz. ¿En el horizonte? Está aquí, en cada paso que me dispongo a dar hoy, porque perderlo todo es la única manera de caminar tras Cristo para encontrarme a mí mismo encontrándome con sus hermanos más pequeños, que son, aquí y ahora, también los míos.

José M. Llamas

Sacerdote diocesano

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