AL SERVICIO DE LA UNIDAD, por Francisco Aranda. Comentario al Evangelio del Domingo IV de Pascua (25 abril 2021)

Liturgia
El sacerdote Francisco Aranda, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el Evangelio del Domingo IV de Pascua (Jn 10, 11-18).
Jesús es el Buen Pastor y reúne a todos los hombres para conducirlos a verdes praderas. Así lo hemos proclamado en el Evangelio, como parte del conjunto del discurso del Buen Pastor. El pasaje que nos ocupa afirma tres cualidades sobre Él: Primero: da la vida por sus ovejas, lo contrario del asalariado; segundo, las conoce y ellas lo conocen a Él, un conocimiento que implica reciprocidad y que nace del corazón, y tercero, está al servicio de la unidad. Ya adelantó Caifás: era preferible que muriera uno por el pueblo, y que luego se plasmará en la afirmación de san Juan «Jesús iba a morir por la nación y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos».
Cuando las primeras comunidades cristianas esculpieron la figura del pastor
con una oveja sobre sus hombros, querían simbolizar a Aquel que sale en busca de
cada uno de nosotros; el que nos sigue hasta nuestros desiertos y confusiones; el que carga sobre sus hombros esta oveja herida (muy herida hoy) que es la humanidad y la devuelve a su casa. El que forja la unidad: «que todos sean uno».
«Pastor Bueno, haznos buenos pastores, prontos a dar la vida por las ovejas» , nuestra oración. En este Domingo del Buen Pastor, rezamos por los sacerdotes.