NoticiaCoronavirus Curas extranjeros en Málaga unidos por la pandemia Publicado: 08/05/2020: 16504 En la actualidad la Iglesia de Málaga cuenta con la ayuda de sacerdotes extranjeros procedentes de países muy diferentes, por lo que también están viviendo esta pandemia mundial de modo muy distinto y lo comparten con DiócesisMálaga. Como explica el párroco de Santiago en Monda y San Miguel en Guaro, Jesús Gudapati Ramesh Babu, oriundo de la costa sur de la India, en su país natal los católicos lo están pasando verdaderamente mal, «solo son el 2 por ciento de la población y no reciben ninguna ayuda del gobierno». Es más afirma Gudapati, «la mayoría de los católicos son pobres y no tienen trabajo, ni nada para comer. Por eso, la Iglesia Católica presente en otros países estamos intentando ayudar y llevar esperanza como podemos. Los que estamos fuera prestamos el poco apoyo económico que podemos. Las monjas presente allí están haciendo mascarillas. Pero en realidad, el hambre está haciendo más daño que el coronavirus. Cerca de 44 millones de personas están en la carretera andando 500 km y más para llegar sus casas desde las ciudades porque ya no hay trabajo en ellas. El gobierno liderado por el partido nacionalista hindú nunca ha apoyado a la Iglesia Católica». MÉXICO El sacerdote Ernesto Ruiz Canales, nacido en México, apenas llevaba unos meses de párroco en Cuevas del Becerro, Cañete la Real, La Atalaya y Serrato cuando comenzó la pandemia, pero a pesar de ello, afirma que se siente muy cómo en el pueblo y que «lo importante es ser el pastor de las ovejas que el Señor te ha puesto delante en cada momento, el lugar de origen es indiferente. Es verdad que hay una doble preocupación, porque en la distancia cada uno quiere edulcorar un poco las cosas para no preocupar a la familia, que tras ver las noticias siempre se alarmaba un poco por la situación de España. Pero van viendo que sigo ejerciendo mi ministerio dentro de lo que se puede y que la comunidad te arropa y te acoge. Me siento muy querido aquí y les tengo cariño a mis feligreses. Como dice el refrán “no importa donde naces sino donde paces”. Debemos vivir estos momentos desde el Evangelio, con entusiasmo, alegría y sobre todo esperanza». Además, continúa Ruiz Canales, «se me hicieron muy difíciles sobre todo las primeras celebraciones sin gente, esa soledad del altar, a mí personalmente me conmovió mucho. Los primeros días confieso que lloraba por no poder tener allí a mi gente y tampoco a la familia que también te puede arropar en la soledad y encima en un destino nuevo, en el que llevaba unos 5 meses cuando se decretó el estado de alarma. Pues se sumaron todas las cosas, pero ahora estoy animoso, con espíritu para seguir hacia adelante y confiando siempre en el Señor». UCRANIA Por su parte, el sacerdote ucraniano Roman Hamratsey, que atiende a la comunidad Ucraniana en Málaga desde la parroquia Santa Rosa de Lima afirma que «desde que comenzó el confinamiento dejamos de celebrar el culto divino públicamente. Pero lo seguimos haciendo como antes ya que teníamos nuestra cuenta en Facebook y así yo sigo celebrando las misas ya solo a distancia, de tipo online, y a través de los medios de internet todos nos unimos cada domingo en nuestra Misa principal. Las demás celebraciones también las sigo realizando en la parroquia vía internet, donde se comunican siempre cerca de 120 o 130 personas, las que están en el grupo parroquial». Así, explica Roman «vivimos este tiempo como Dios quiere, confinados y siempre con los ojos puestos en el Señor, ya que es el único que nos puede salvar y toda la comunidad es consciente de ello. También tenemos un grupo de WhatsApp de la comunidad donde están casi todos los fieles y nos comunicamos en estos momentos que ya parece ser que se están terminando. Gracias a Dios que ningún feligrés se ha contagiado de Covid-19, por lo tanto vemos que la gente se ha tomado muy en serio el confinamiento propuesto por el gobierno». Por ahora «debemos seguir confinados, rezar más y con más fuerza pedirle a Dios y María Santísima que nos protejan siempre tal como lo dice el Evangelio de San Juan, en estos días a ejemplo del Buen Pastor, porque solo en Dios esta nuestra esperanza». NICARAGUA Una esperanza que comparte el párroco de San Antonio Mª Claret de la capital y arcipreste de Santa María de la Victoria, Eddi Sunsin, oriundo de Nicaragua, que afirma: «llevo ya 20 años en España, desde el año 2.000 y dentro de nuestra formación como diocesanos misioneros, está la disponibilidad por amor al Señor de abandonar la tierra y de participar de la Misión Universal de la Iglesia y de una forma particular en la diócesis donde hemos sido formados. Tengo familia en todo mundo, la verdad, en Francia, Estados Unidos, Nicaragua y Honduras y es verdad que humanamente te preocupas por ellos, pero estamos pasando estos momentos sostenidos por la fe y con esperanza en la vida eterna. Lo estoy viviendo con mucho agradecimiento y con confianza en el Señor. Y por lo demás, pues con el día a día inmerso en la vida de la parroquia aquí en Málaga».