Francisco González ha visitado, junto a Misioneros de la Esperanza, las comunidades de este movimiento en Paraguay y Argentina del 11 al 28 de julio. «Hacía catorce años que no visitaba a los grupos de los Misioneros de la Esperanza de estos países, y el responsable general laico de este movimiento, José María Galacho, me pidió que le acompañara». El sacerdote dice que ha sido una alegría poder visitarlos y reencontrarse, a la vez, con paraguayos a los que conoció en la asociación de Málaga y que allí ha podido volver a ver, rodeados de sus familias. «Estar en contacto con estas periferias, con la realidad de pobreza que allí se vive siempre nos cuestiona mucho». 

El 11 de julio, nada más llegar, pudo participar de las vísperas que presidió el papa Francisco en su paso por Paraguay, en la Catedral de Asunción. «Orar con el Papa y tantos fieles, sacerdotes y obispos fue para mí una experiencia de  amor a la Iglesia y sentirme hijo de la Iglesia y dar gracias a Dios por ella». 

En su recorrido, Francisco González pudo acercarse al Santuario de Itatí, patrona de Corrientes, y al de los Milagros en Caacupé, así como al Bañado Sur en Paraguay, donde se encuentra de párroco Luis Carabias, sacerdote jesuita malagueño natural de El Palo, al que González ha podido encontrar. «Allí la Iglesia no deja de llevar la liberación integral de la persona. Te cuestiona muchas cosas que para nosotros son normales». 

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