Diego González de Toro y Villalobos

1726 - 1734

Reseña:

Nació en Jerez de los Caballeros (Badajoz) el 1 de Enero de 1675.

Recibe las primeras enseñanzas en su pueblo, y, después, se fue a estudiar a la Universidad de Alcalá de Herrares y consiguió el Doctorado en Derecho Canónico y Civil en 1708.


Ordenado sacerdote en Madrid el 30 de Mayo de 1711. Como técnico en Derecho es propuesto para “Oydor” en una Audiencia Virreynal de América Española y para gobernador de la ciudad de Toledo, pero no aceptó ninguno de los dos cargos, dejándolos con buenas maneras, pues prefería la dedicación religiosa.


En Agosto de 1717, fallecido el obispo de Málaga, es designado Provisor, Vicario General y Gobernador de la Diócesis de Málaga.


El largo periodo de Sede Vacante de 1717 a 1725, siguió D. Diego de Provisor y Gobernador de la diócesis. Fundó el Beaterío en Álora en 1718, y en 1719, al declararse una epidemia en toda la zona de Málaga, se dedicó plenamente al auxilio material y espiritual de los enfermos, hasta llegar a contagiarse de la epidemia, de lo que se recuperó de modo milagroso. Y el 2 de Julio de 1721 le asignaron una canonjía en el Cabildo de Málaga.


Al fin en 1725 terminó el periodo de Sede Vacante y fue propuesto D. Diego para obispo de Málaga por el rey Felipe V. Fue consagrado obispo en la Colegiata de Osuna (Sevilla) en 1726, y el 27 de Marzo de 1726 hizo su entrada como Obispo de Málaga.


Desde enero de 1727 realizó una visita pastoral a la diócesis, que era especialmente difícil en las serranías, teniendo, a veces que ir a pie por las veredas; reedificó unos cuarenta y cuatro templos, entre los que destaca la conclusión de la iglesia de San Julián; se creó con su influencia el Refugio para mujeres invalidas “Jesús Nazareno”, para atender a mujeres ancianas o inválidas, sin protección familiar, que merodeaban por las calles de Málaga buscando ropa y comida y, con el aporte de su coste por parte de D. Diego, se pudo recuperar el Hospital de de San Marcos de Vélez-Málaga que se encontraba en un estado ruinoso. Asimismo cooperó en recuperar la ciudad de los efectos de la gran riada de 1727 que ocasionó el desbordamiento del Guadalmedina.


De un corazón sensible sufrió con inmensa pena el fallecimiento en Chiclana de la Frontera (Cádiz) de D. Lorenzo Armengual de la Mota, quien le había ordenado sacerdote.


Estando de visita pastoral en Vélez, recibió la noticia de que era propuesto por el Papa para obispo de Cuenca, aunque presentó su renuncia, no siéndole aceptada, tuvo que marchar para Cuenca el 7 de Julio de 1734.


Aquejado de una enfermedad progresiva falleció en Cuenca el 13 de Septiembre de 1737.


Tiene dedicada una Calle en Málaga, en la zona de Las Flores.