Fray Manuel Martínez Ferro, OM

1825 - 1827

Reseña:

Nació en Caldas del Rey (Pontevedra) el 28 de Febrero de 1774.


Después de sus primeros estudios, a cargo de un tío canónigo, estudió un curso de Filosofía en Padrón, y con 13 años ingresó como fraile mercedario en el monasterio de Conjo-Compostela, donde hizo el noviciado, y luego enviado a Toledo donde profesó. Estudió Teología en la Universidad de Alcalá de Henares. Luego, en Segovia, trabaja como catedrático auxiliar. Se doctoró en Teología y fue catedrático de la misma en la Universidad de Valladolid. Fue nombrado Juez, Censor y Maestro de Justicia en Valladolid.


En 1808 estaba en Madrid cuando ocurrió la invasión francesa y explotó en el 2 de Mayo. Fray Manuel estimuló y combatió duramente a todos los partidarios de Napoleón, con su pluma y con su voz, con la consigna “o recuperar España o perecer”. Se intentó comprar su silencio, pero ya en Valladolid, ya en Madrid, no silenció sus palabras. Dedicó en esta etapa mucho tiempo a la actividad periodística, defendiendo sus convicciones realistas, frente a los liberales. Este le causó grandes disgustos, incluso su recluimiento en Segovia, y la pérdida de la salud.


Ya en 1817, restablecida la calma, fue acogido en la Corte Real y nombrado Predicador de Su Majestad e Inquisidor de la Suprema de España e Indias.


En 1822, sin embargo, tuvo que abandonar Madrid y se fue a Sevilla, con lo puesto, incluso tuvo que vender sus libros para poder comer, hasta que liberado Fernando VII, regresa a la Corte de Madrid, y en 1823 dirige un nuevo periódico: “El Restaurador”, defendiendo las ideas realistas y a Fernando VII.


El 28 de Junio de 1824 fue propuesto por el Papa León XII para Obispo de Málaga. Fue consagrado obispo el 18 de Noviembre, e hizo su entrada en Málaga el 13 de Noviembre de 1825.


Su salud, ya quebrantada, no le impidió comenzar de inmediato su visita pastoral en 1826 comenzando por la zona de Archidona y Coín. Creó en el popular Barrio de la Trinidad, una escuela para niños, costeada con las rentas episcopales. Empezó a planificar una Casa de Misericordia.


Escribió mucho tanto en la prensa como libros, entre ellos destacan “Discurso de unión y fuerza”, “El militar enfrailado” y la biografía de Tirso de Molina.


Empeorada su salud, se retiró, primero a Coín, después partió rumbo a Madrid; pero no podía continuar, y se paró en el Convento de Ntra. Sra. de la Merceden en Écija, y allí falleció el 3 de Junio de 1827. Trasladado su cadáver a Málaga, fue sepultado el 27 de Febrero de 1828 en la Catedral.


Tiene dedicada una Calle en Málaga, en la zona de Las Flores.