Como él mismo explica: «los seminaristas que permanecen conmigo en el Seminario llevamos a nuestra continua oración las necesidades de tantas personas que se encuentran ahora enfermos, quienes les cuidan, los más vulnerables, los pobres... y desde esa oración, decidimos "consolar a mi pueblo", como dice el profeta Isaías. Salimos de la capilla donde estábamos orando y salimos al exterior con el Santísimo para bendecir a Málaga y ofrecer desde allí la presencia del Señor, que siempre está cerca, que bendice, cura y da esperanzas a los hombres y a las mujeres de hoy.

En un mensaje difundido desde los perfiles del Seminario de Málaga, explican: «Desde nuestro Seminario de Málaga Jesús Sacramentado bendice a los que más sufren, a los mayores, a las familias confinadas, a los más pobres, al personal sanitario y a los cuerpos de seguridad, a los voluntarios que intentan paliar esta situación... A toda persona. Que él nos dé la salud física y espiritual, y nos ayude a superar esta pandemia. Se lo pedimos por medio de Nuestra Madre María:

«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las oraciones que te dirijamos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, ¡Oh Virgen gloriosa y bendita! Amén».»