COPE.- Estos días para ellas son muy intensos porque están en temporada alta. Sus hornos no paran. Trabajan sin descanso. España es el país con mas conventos del mundo. Muchos de ellos son enormes y mantenerlos no es nada fácil. Además de pagar las facturas que cada vez se incrementan más, las hermanas también tienen que proteger y cuidar los edificios en los que viven, algunos de ellos son muy antiguos y son historia viva de España.

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Para afrontar todos estos gastos el periodo navideño es fundamental para las monjas. Los dulces que venden son un desahogo para sus cuentas. Ahora en Mediodía COPE vamos a irnos hasta dos conventos de clausura donde las monjas nos esperan en sus obradores.

Seguro que si estás casado una de las preocupaciones que el día de tu boda tuviste es que que hiciera buen tiempo. Que llueva en un día así no es del agrado de nadie. Para intentar evitarlo...la costumbre dice que hay que llevarles huevos a las monjas Clarisas. Ellas después rezarán por el futuro matrimonio y por supuesto para que el día en que se casen no caiga un buen chapetón.

Precisamente la tradición dice que así, con esos huevos que les llevaban a las monjas, comenzó la costumbre de que las clarisas hicieran dulces. Nos lo cuenta Sor Sión, una religiosa del Convento de las Clarisas de Belorado, en Burgos.

Y de Burgos nos vamos al sur. Más concretamente hasta la provincia de Málaga. Hasta Archidona. Allí nos atiende la Madre Superiora del Monasterio de Jesús y María del Socorro, de las Monjas Mínimas de San Francisco de Paula, de la Orden de los Mínimos, fundado en 1551.

A las monjas de estos conventos les ayudan mucho las llamadas como ferias monásticas en las que se venden sus dulces. Estos días en Madrid, en la Plaza Mayor se encuentra precisamente la primera feria de productos monásticos que organiza la Fundación Contemplare.