NoticiaBlanco sobre Negro Rafael Rodríguez Sainz de Rozas: «El corazón está hecho para amar y ser amado» Rafael Rodríguez Sainz de Rozas, con dos feligresas de su parroquia Publicado: 14/01/2020: 20814 Entrevista al sacerdote diocesano Rafael Rodríguez Sainz de Rozas, nacido en Málaga en 1973 y ordenado presbítero en 2003. «Lo más bonito que vivo como sacerdote es traer a Jesús al altar» ¿Un deseo para el año que acabamos de comenzar? Ser más fiel a la llamada del Señor. ¿Cómo ves a la Iglesia en este momento? Si miramos a la Iglesia desde nuestra querida Málaga, diría que estamos en un momento de grandes desafíos: el desafío de vivir la fe en la vida cotidiana, el desafío de transmitir la fe a los hijos en un ambiente indiferente y a veces contrario, y el desafío de vivir la fe desde la santidad y desde la inquietud de llevar la fe a otros. ¿Qué dirías a los católicos que no tragan a Francisco? Cada Papa tiene su carisma y eso es querido por el Señor. El papa Francisco sigue el Catecismo y el dogma como los Papas anteriores, pero subraya la cercanía y el amor a las personas que viven situaciones conflictivas y que requieren un plus de amor y comprensión, esto sin cambiar la doctrina de la Iglesia. Recomendaría que dejen a un lado los medios de comunicación que constantemente transmiten sospecha sobre el Santo Padre y que nunca se fijan en lo positivo. ¿Qué es lo más bonito que vives como sacerdote? Traer a Jesús al altar. ¿Cómo se puede ser santo en la vida ordinaria? Hay una frase de San Josemaría que resume el cómo de la santidad: “Haz lo que debes y está en lo que haces”. ¿Está la virtud de la santa pureza en horas bajas? El corazón está hecho para amar y ser amado, y es muy fácil desviarse. Creo que tenemos que pedirle más al Señor, que nos enseñe a mirar, a hablar, a amar y a actuar como Él. ¿El peor pecado con el que has tenido que lidiar? El pecado de buscar mi gloria, quedar bien… y olvidar el Amor de Dios y el amor que me regalan las personas con las que comparto mi vida. ¿Es la oración la solución a los problemas? Desde hace bastantes años la oración se ha convertido en una necesidad vital. Mi encuentro diario con el Maestro es un momento de encuentro, de escucha, de recarga, de examen, de adoración. ¿Qué es lo más complicado que vives como sacerdote? Priorizar. Como tantos sacerdotes vemos que nuestra misión es como un mar sin orillas, una labor inabarcable y toca discernir para priorizar. ¿Cómo es tu parroquia? Es una parroquia abierta, porque se adora al Santísimo las 24 horas. Y por tanto hay un fuerte sentido de adorar al Señor, de meditar la Palabra de Dios y de estar en contacto con Nuestro Señor. ¿Eres un sacerdote dócil? Ufff. No lo sé. Habría que preguntarle a mis superiores. ¿De qué te arrepientes o tienes remordimientos? De no haber puesto más el corazón en las personas importantes de mi vida. ¿Recomiendas algún santo? Me encanta San Josemaría, lo quiero mucho, porque me escucha y porque me lleva a centrarme en mis obligaciones diarias. ¿Y un salmo? El salmo 62 lo repito muchísimo, lo recito como un acto de fe y me recuerda mi vinculación con el Señor: “Oh Dios, tu eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma esta sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua”. ¿Tu flor favorita? La rosa. ¿Has bailado alguna vez? Cada vez bailo más. Por Providencia de Dios y a través de un amigo sacerdote, me he interesado últimamente mucho por la música y me ayuda muchísimo en mi vida de oración y en mi vida personal. ¿El regalo más bello que te ha hecho ser presbítero? Escuchar y acompañar a las personas en sus luchas, desafíos, dificultades e ilusiones. Te digo dos. Las dos cosas más bellas: son absolver y consagrar.