NoticiaEntrevistas Antonio Burgueño: «El Buen Samaritano es el primer centro libre de sujeciones» Antonio Burgueño es médico en el hospital Gregorio Marañón de Madrid Publicado: 31/07/2017: 19976 El Centro Gerontológico El Buen Samaritano, de Cáritas Diocesana de Málaga, recibió a principios de junio el certificado de “Centro Libre de Sujeciones”. Se convierte así en el primer centro libre de sujeciones de la provincia y el cuarto de Andalucía. El director técnico del Programa “Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer”, Antonio Burgueño, médico del hospital Gregorio Marañón, de Madrid, acudió al acto de entrega y explicó en qué consiste el programa y sus ventajas. ¿Qué supone para un centro estar libre de sujeciones? Supone una transformación, si hablamos desde el punto de partida de un centro donde sí se usaban rutinariamente, el centro debe sufrir un profundo cambio, un proceso de eliminación paulatina y prevenir las nuevas situaciones que pudieran darse. La duración del proceso depende mucho del tamaño y la complejidad de la organización. Un centro como El Buen Samaritano puede tardar aproximadamente un año. Ya existen más de 60 centros libres de sujeciones en España ¿a qué ritmo está creciendo la conciencia? Al principio, durante mucho tiempo, sólo existían dos centros con estas características. En los últimos años ha evolucionado mucho, a una media de cinco a diez centros por año. ¿En qué consiste exactamente su trabajo? Yo me encargo de ofrecer apoyo técnico, orientación y una estrategia organizativa, ambiental, de adecuación, etc. Realizo un diagnóstico de la realidad de partida del centro para saber dónde tienen que poner más énfasis, para ir cambiando y mejorando las cosas, y ellos simultáneamente empiezan a trabajar con casos concretos y si hay alguna consulta, la hacen y si no, lo van resolviendo ellos, caso a caso hasta que finalmente, las personas enfermas son totalmente libres. También en cada nuevo ingreso hay una tarea de prevención, de mentalización de las familias para que comprendan la política del centro, el porqué se ha apostado por trabajar así, y que entren confiados en un centro que va a trabajar bien y preocupados por la persona. Así se va consolidando una conciencia de que las sujeciones no van a ser una opción en ningún caso. CEOMA es la que acredita a los centros, les ofrece un reconocimiento público. ¿Ha encontrado alguna particularidad en el trabajo en El Buen Samaritano? Sí, en estos centros confesionales es más una cuestión de valor humano, de dignidad. También trabajamos con otros de la orden de San Juan de Dios y de las hermanas hospitalarias, y es cierto que la cultura de la organización es muy diferente. ¿Qué les diría a las personas que cuidan a familiares con este problema en casa? En casa es muy diferente. Cuando el cuidado depende de familiares, es muy distinto porque las familias hacen todo lo que pueden. Manejar a personas con demencias avanzadas y, sobre todo, con graves síntomas conductuales, a veces en casa es imposible. La mayor parte de las familias no tienen la posibilidad de acondicionar las habitaciones como se adecuan las de un centro porque no cuentan con profesionales y la situación puede sobrepasar tanto que haya que acudir a este tipo de centros para ofrecer los mejores cuidados a nuestros seres queridos.