Lozano, que ha sido testigo de los 30 años de vida de esta misión, ha manifestado su satisfacción por el cambio producido en aquella zona gracias al trabajo de los misioneros. «En Caicara, ha señalado, ha habido un cambio abismal en este tiempo. Y eso ha sido gracias al Espíritu Santo».

Collado, por su parte, ha confirmado este cambio: «Caicara era una zona geográficamente muy apartada, no había infraestructuras ni vías de acceso. El obispo no tenía posibilidad de mandar a presbíteros de una manera estable. Ese aislamiento provocó una atención pastoral muy deficiente que hoy, poco a poco se va solventando».

Collado es actualmente vicario para la Promoción de la Fe y delegado diocesano del Clero, además de párroco de San Miguel en Málaga capital. No obstante, ha afirmado echar de menos aquellas tierras: «Sobre todo a la gente. Lo que te engancha y te llena el corazón son los vínculos que se crean con las personas. El venezolano tiene una forma de ser muy especial y eso, a cualquier persona, le engancha y le vincula para toda la vida".

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