NoticiaSeminario Los decanos del clero entrevistan a un seminarista El Seminarista Manuel Jesús Otero y Lorenzo Orellana, uno de los sacerdotes mayores que le cuestionan · Autor: F. CUENCA Publicado: 19/03/2017: 13007 Uno de los futuros sacerdotes malagueños, Manuel Otero (alumno de 4º de Teología) se enfrenta a las preguntas que le han formulado ocho sacerdotes mayores de la Iglesia de Málaga. La entrevista se ha emitido este domingo en el programa Iglesia en Málaga. El 19 de marzo es la fiesta de san José, patrón de los Seminarios, por eso la Iglesia en España también celebra el Día del Seminario. El lema que han elegido para este año es: "Cerca de Dios y cerca de los hermanos". Durante el presente curso 2016/2017, se forman en España 1.247 seminaristas mayores, 22 de ellos en el Seminario de Málaga. ¿Son pocos? ¿Son suficientes? La realidad es que son los que hay en la actualidad y los que serán el relevo de los sacerdotes mayores. Uno de estos futuros sacerdotes malagueños, Manuel Otero (alumno de 4º de Teología) se enfrenta a las preguntas que le han formulado ocho sacerdotes mayores de la Iglesia de Málaga. Escucha la entrevista en este enlace Pregunta de D. Juan Morales, 81 años, 55 años como sacerdote: ¿Cómo ilusionar a un joven de hoy a tomar una opción por Jesús en una sociedad alejada de Dios? Respuesta de Manuel Otero: Yo creo que a un joven de hoy se le puede ilusionar haciéndole una propuesta fuerte y verdadera, algo que sea distinto a lo que estamos cansados de ver. Tenemos muchas opciones, actividades, ocio, que muchas están bien, pero a veces olvidamos cuál es el sentido de nuestra vida. Los jóvenes estamos un poco cansados de hacer muchas cosas, pero ¿realmente hay algo que nos llene de verdad y nos dé la felicidad? Al final, hay que ayudarle a descubrir que sólo Dios puede llenar la vida de cada persona. Pregunta de D. Ildefonso López, 87 años, 62 años como sacerdote: ¿Qué significa para ti estar siempre disponible? Respuesta de Manuel Otero: Es estar siempre más pendiente de lo que los demás necesiten que de las propias necesidades. Ser cura sin horario, siempre disponible, al servicio. Yo creo que es muy necesario para ser un buen cura. Igual que un padre de familia no tiene horario a la hora de ayudar y acoger a sus hijos, de la misma forma, los sacerdotes deben ser igual con las personas de la parroquia, del pueblo o del lugar donde se encuentre que lo necesiten. Pregunta de D. Juan Miguel Cantarero, 77 años, 49 años como sacerdote: Hermano seminarista, te siento cerca y te quiero y pido por ti todos los días. Vinisteis a visitarnos en Semana Santa e hicisteis un fuerte impacto en los curas que estamos en la residencia Buen Samaritano. Mi pregunta es: el Papa habla mucho de que seamos Iglesia en salida, ¿cómo lo entendéis vosotros en la práctica? Respuesta de Manuel Otero: Es imprescindible que la Iglesia esté siempre en salida, está en su ser el salir y comunicar a todos el Evangelio. Si la Iglesia nos encerramos en nosotros mismos, nos apagamos. Una Iglesia que no sea evangelizadora y que no esté siempre en una continua búsqueda de todas aquellas personas que no conocen a Jesús, siempre desde la propuesta y desde la libertad, no es creíble. La verdad es que muchas veces me imagino yendo por las calles del pueblo y hablando con la gente como uno más del pueblo donde me envíen. Intentar ser cercano, escuchar a la gente y saber gastar el tiempo con ellos. Es uno de mis sueños. Pregunta de D. José León, 80 años, 57 años como sacerdote: ¿Qué te movió a dar el paso para pedir entrar en el Seminario y recorrer el camino hasta la ordenación? Respuesta de Manuel Otero: Ese camino comenzó hace unos años, cuando me di cuenta de que había construido mi vida sin tener en cuenta a Dios. Una vez que Él entró en mi vida, fui consciente de que la alegría que experimentaba entonces no la había tenido antes. Poco a poco, en la oración, me di cuenta de que el Señor me pedía una entrega total de mi vida para que los demás también pudieran alcanzar la felicidad, que es lo que buscamos todos en la vida. Para mí, la felicidad verdadera sólo la podemos tener con Dios, cada uno desde su estado de vida y su vocación. Con Dios la vida se llena de sentido. Pregunta de D. José Miranda, 89 años, 57 años como sacerdote: Cuando yo me fui al Seminario tenía una idea de lo que era la vida sacerdotal entonces, pero después he tenido que cambiarla totalmente. He sido desde director de un colegio con 140 niños internos en Ronda, a párroco en Marbella y en Málaga y administrador del Obispado. Servicios muy distintos, pero todos los he vivido como sacerdote y lo he vivido con la ilusión y la alegría de que podía estar con todo esto dando pasos en lo que necesitaba la Iglesia: llegar a muchos para comunicarles la fe y la alegría. Respuesta de Manuel Otero: Le agradezco muchísimo sus palabras, pues tiene usted toda la razón, uno se hace una idea de lo que le gustaría hacer como sacerdote, pero al final te ordenas para estar al servicio de la Iglesia en la tarea donde te necesite. Así quiero ser yo, siempre disponible para dar lo mejor. Pregunta de D. Lorenzo Orellana, 80 años, 55 años como sacerdote: ¿es para ti Jesús la alegría de tu vida? Si es así, ánimo, Él te enseñará a ser sacerdote. Respuesta de Manuel Otero: La verdad es que sí, es la alegría de mi vida y no me imagino mi vida de otra forma. Una vez que descubres a Cristo en tu vida y descubres cuánto te quiere, se puede vivir sin Él. Pregunta de D. Francisco García Mota, 86 años, 62 años como sacerdote: ¿Estás preparado para bajar del Seminario a la tarea pastoral en las parroquias, con el pueblo? Respuesta de Manuel Otero: Ahora mismo en cuarto curso, aunque tenga muchas ganas de estar en una parroquia, sé que me falta mucho para estar listo. Aunque creo que nunca se está lo suficientemente preparado para esto tan grande y que desborda por completo, porque uno es muy pequeño. Pregunta de D. Amalio Horrillo, 90 años, 68 años como sacerdote: ¿Estás dispuesto a ir la Misión de Caicara del Orinoco en Venezuela? Respuesta de Manuel Otero: Sí. Es más, antes de entrar al Seminario me estuve planteando la posibilidad de ser misionero. Hace dos veranos hice una experiencia en Marruecos. Y, cuando el Obispo me lo pida, estaré dispuesto. Por otro lado, he de reconocer que España, ahora mismo es terreno de misión. Muchas gracias a todos los sacerdotes mayores por sus preguntas. En realidad debería ser yo quien les preguntara, pero para conocer mejor su testimonio y su vida de entrega. Después de tantos años, sigue viva en ellos la alegría del primer día. Hablando con ellos entran ganas de ser cura.