Oración ecuménica por la unidad de los cristianos (Catedral-Málaga)

Homilía de Mons. Jesús Catalá con motivo del encuentro de oración ecuménica por la unidad de los cristianos (Catedral-Málaga)
ORACIÓN ECUMÉNICA POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
(Catedral-Málaga, 25 enero 2025)
Lectura: Dt 6, 4-9; Sal 130, 1-3; 1 Pe 1, 3-9; Jn 20, 24- 29.
1.- En este año 2025 se conmemora el 1700 aniversario del primer Concilio Ecuménico, celebrado en Nicea, cerca de Constantinopla, en el año 325 d.C., que proclamó la fe profesada en el credo que une a todos los cristianos que confiesan el misterio de Dios uno y trino (cf. Obispos de la Comisión episcopal de Ecumenismo, Mensaje para el Octavario de la Unidad de los Cristianos, Madrid, 6.01.2025).
El Credo de Nicea ponía el énfasis en expresar una pertenencia y una fe común, cuyo texto fue revisado y ampliado en el Concilio de Constantinopla (381). Esta es la fórmula de profesión de fe que las iglesias cristianas reconocen hoy como el credo niceno-constantinopolitano, o simplemente credo niceno.
Nicea es una invitación a todas las iglesias y comunidades cristianas a seguir caminando hacia la unidad visible, a hacer realidad la oración de Jesús: «Que todos sean uno: como tú, Padre, estas en mí y yo en ti» (Jn 17, 21).
2.- Siendo Nicea un momento histórico del cristianismo, antes de las grandes divisiones entre las iglesias, nuestra oración hoy es una oportunidad para celebrar la fe común de los cristianos, expresada en este concilio; es también una invitación a retornar a la herencia común y a profundizar en la fe que une a todos los cristianos.
Habían surgido en décadas anteriores desacuerdos y conflictos entre cristianos sobre asuntos diversos, como la naturaleza de Cristo y su relación con el Padre; la fecha común para celebrar la Pascua; las opiniones teológicas consideradas heréticas; la reintegración de los creyentes que habían abandonado la fe durante las persecuciones anteriores.
Seguimos desde entonces manteniendo algunas divergencias de interpretación sobre la fiesta de la Pascua y algunos otros puntos. Pero en este año todas las iglesias, de Oriente y Occidente, celebrarán la Pascua en la misma fecha.
3.- La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es una oportunidad para que los cristianos profundicemos en la herencia común, aunque manteniendo las diferencias culturas y religiosas.
Vivimos juntos la misma fe apostólica; y no debemos reabrir controversias teológicas pasadas, que han permanecido a lo largo de los siglos. Hagamos una relectura orante de los fundamentos de la Sagrada Escritura y reflexiones sobre la experiencia eclesial de Nicea para vivir mejor la unidad de fe de todos los cristianos.
4.- Se ha tomado el texto bíblico de san Juan 11, 17-27 como guía. El tema «¿Crees esto?» (v. 26) se inspira en el diálogo entre Jesús y Marta cuando Jesús fue a Betania tras la muerte de su hermano Lázaro.
Jesús declara su poder sobre la vida y la muerte: «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). Marta creía en la resurrección de los muertos (cf. Jn 11, 24).
El apóstol Pedro nos ha dicho que la fe «más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego» (1 Pe 1, 7). ¡Guardemos ese hermoso tesoro!
En el evangelio, el incrédulo apóstol Tomas confiesa la divinidad y la resurrección del Señor, diciendo: «¡Señor mío y Dios mío!» (Jn 20, 28). Y Jesús responde: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto» (Jn 20, 29).
5. A igual que Marta y los Padres de Nicea, los cristianos, mientras aguardamos el retorno del Señor, estamos llamados a dar testimonio juntos de la fe en la resurrección, que es fuente de esperanza y de alegría.
Debemos profesar esta fe y decir: «Yo creo» y comunitariamente: «Nosotros creemos». Con la celebración del Octavario en este Jubileo 2025 esperamos que la Iglesia sea «sacramento», «signo y medio de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano» (Concilio Vaticano II, Lumen gentium, 1).
Agradecemos la presencia de los pastores y pastoras de las diversas iglesias cristianas, sacerdotes y fieles en esta oración por la Unidad de los Cristianos. Amén.