¿Qué ha sentido ante la muerte de Benedicto XVI?
Una enorme pérdida para la Iglesia Católica, hemos perdido un gran referente, por supuesto, he sentido una gran pena, pues mi vinculación con el Vaticano empezó con una visita que le pude hacer en los jardines Vaticanos.

¿Qué le ha aportado personalmente su figura?
Para mí, en lo profesional ha significado mucho, con Benedicto XVI comenzó mi relación con la Santa Sede tras visitarle en el año 2015, todo empezó con un retrato del que le hice entrega en esa visita.  

¿Cuántas veces y cómo ha sido el retratarlo?
Lo he retratado en cuatro ocasiones, dos de esas pinturas encuentran en la Santa Sede. La más significativa es el retrato que le pude entregar. El retratar a Benedicto XVI ha sido ser consciente de estar retratando a un gran intelectual y un futuro santo de la Iglesia.

¿Qué ha querido reflejar en esas pinturas?
Siempre he buscado que los retratos del Santo Padre invitaran al recogimiento, y que su rostro transmitiera la humildad que pude constatar en la visita que le hice.

Retrato del papa Benedicto XVI, por Raúl Berzosa

¿Cómo y cuándo tuvo la oportunidad de encontrarse con él?
En el año 2015 pude mostrarle al Santo Padre mi pintura del techo del Oratorio de Santa María Reina, tras una explicación del mismo le hice entrega de un retrato. 
Fue una experiencia única, se podría decir que Benedicto XVI entendió perfectamente el retrato, él me lo explicó a mí, el peso de la Iglesia, el cansancio por el tiempo, la luz que surge desde la Congregación para la Doctrina de la Fe… Reseñable decir que conocía Málaga y su buen vino. Un encuentro donde conocí a un hombre humilde y muy grande.