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Capítulo General de las Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús (Colegio Madre Asunción-Málaga)

Colegio Madre Asunción
Publicado: 16/08/2022: 935

Homilía pronunciada por Mons. Jesús Catalá en el Capítulo General de las Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús celebrado en el Colegio Madre Asunción el 16 de agosto de 2022

CAPÍTULO GENERAL DE LAS CARMELITAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

(Colegio Madre Asunción-Málaga, 16 agosto 2022)

Lecturas: Ez 28, 1-10; Sal: Dt 32, 26-36; Mt 19, 23-30.

1.- Tentación de poderío

El profeta Ezequiel recibe la palabra del Señor destinada al príncipe de Tiro: «Se enalteció tu corazón y dijiste: Soy un dios y estoy sentado en el trono de los dioses» (Ez 28, 2). El príncipe se cree un dios por el poder que tiene, poniendo su trono entre los dioses; y eso le hace enorgullecer su corazón.

La tentación de poderío nos acecha a todos de muchas maneras, a veces muy sutiles, bajo apariencia de servicio, de estructura, de necesidad, de institución benéfica. A pesar de ser personas de especial consagración, que profesamos los votos de pobreza, castidad y obediencia, somos tentados por el falso dios del “poder”. A veces la gente nos critica esa faceta y tal vez no les falte razón. 

Es cierto que uno puede vivir desprendido, aunque la estructura en la que viva tenga muchos recursos. Siempre se puede vivir la santidad en medio de cualquier situación o circunstancia.

En el evangelio de hoy Jesús dice a sus discípulos: «En verdad os digo que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos» (Mt 19, 23). Puede referirse a una persona rica o alguien que, aun teniendo poco, vive para las riquezas.

El Capítulo general es una ocasión propicia para analizar nuestra actitud ante las riquezas y ante el dios “poder”. Imagino que os habéis planteado muchas veces el tema de la pobreza evangélica, no solo a nivel personal, sino también a nivel institucional.

2.- Asumir la condición humana 

El profeta Ezequiel recuerda al príncipe de Tiro: «Tú que eres hombre, y no dios, pusiste tu corazón como el corazón de Dios» (Ez 28, 2). 

Sin ser dios, el príncipe actúa como si lo fuera. Se enorgullece de su sabiduría (cf. Ez 28, 3); ha hecho una buena fortuna, acumulando tesoros (cf. Ez 28, 4); con su habilidad ha acrecentado sus bienes. Y todo ello le ha llenado presunción (cf. Ez 28, 5).

Parece que, a veces, nos cuesta aceptar y asumir nuestra condición humana. Pero somos criaturas respecto a nuestro Creador; somos mortales, respecto al Inmortal; somos caducos y temporales respecto al Eterno; somos limitados respecto al Infinito. 

Recordemos lo que decía vuestra Fundadora, Madre Asunción: “Hijas, reconozcamos que no somos nada”. Pero alguna hermana puede estar tentada de pensar que es alguien importante.

Es cierto que estamos llamados a la inmortalidad y a la eternidad, cuya semilla puso Dios en nuestra alma en el bautismo. Pero no olvidemos que, para alcanzar la eternidad, hemos de pasar por la muerte temporal, que a veces nos parece muy lejana y nadie sabe el momento. 

Un aforismo de los maestros espirituales invita a pensar los novísimos (muerte, juicio, infierno y cielo), que nos sucederá al final de nuestra vida: “Piensa en los novísimos y no pecarás”. 

Tened presente que somos criaturas limitadas; que debemos dejar este mundo; que el Señor nos llamará al final de nuestra vida temporal, y nos presentaremos ante Él para ser juzgados en el amor, como dice san Juan de la Cruz. Esto nos puede ayudar a ser más realistas y a saber proyectar mejor intentado discernir desde la palabra de Dios, qué quiere Él de nosotros.

3.- Vuestro carisma fundacional

Veamos vuestro carisma fundacional. Siendo obispo de Málaga D. Manuel González, hoy santo, hizo el Decreto de erección de vuestra Congregación de Hermanas Carmelitas del Sagrado Corazón de Jesús, que fue fundada en Málaga en 1924 por Madre Asunción Soler Gimeno, hoy Sierva de Dios nacida en Quart de Poblet (Valencia), cerca de mi pueblo natal (Vilamarxant).

Posteriormente fue agregada a la Orden del Carmen (1947) y reconocida por la Iglesia en 1955, recibiendo la Aprobación definitiva en 1964. La Congregación se ha extendido a varios países de África y América del Sur. Todo esto es obra de Dios; no es obra nuestra.

El carisma de vuestra Congregación os impulsa a vivir el Evangelio, configurándoos a Cristo en su misión de siervo de Dios y de los hombres; esto vale para todo cristiano. Os distinguís por la misión de dar gloria a Dios sirviendo a los más pobres, a través de diferentes actividades en el campo pastoral y social, principalmente en la educación, el cuidado de enfermos y ancianos y otras necesidades de las personas (cf. Congregación para la Vida consagrada, Decreto de lasConstituciones).

Vuestro carisma se expresa a través de “una actitud orante, de radical fe y confianza en Dios, buscando por encima de todo su gloria; con un estilo de vida pobre, humilde y sencillo; en fidelidad a la Iglesia y a su misión en el mundo; solidarizadas evangélicamente con los más pobres y comprometidas con su liberación y salvación” (Constituciones, Art. 3). Se trata de un programa de vida precioso, que os ha enardecido y llenado el corazón cuando el Señor os llamó a la vida de especial consagración.

Hemos de confiar plenamente en Dios. La pesca no es fruto de nuestras redes, sino de la acción divina: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes» (Lc 5, 5). 

4.- Misión de presente y de futuro

Deseo agradecer la misión que realizáis aquí, al igual que damos gracias a Dios por los diversos servicios y tareas que vuestra Congregación lleva a cabo en tantos lugares del mundo. El Capítulo debe analizar con mirada de futuro la misión eclesial que el Señor os confía, siendo fieles al carisma fundacional. La Palabra de Dios y el carisma son las coordenadas en las que hay que situarse, para hacer buen discernimiento.

La presencia de vuestra comunidad en el Colegio “Madre Asunción” de Málaga, desde el inicio de vuestra fundación, es un instrumento de evangelización, para anunciar la Buena Nueva de Jesús de Nazaret. 

El campo educativo, como bien sabéis, es muy importante. Ofreciendo una educación integral desde los valores cristianos, sois una alternativa de calidad a la educación estatal, que muchas veces desatiende lo más importante del ser humano, es decir, su transcendencia y su destino de eternidad; ellos no educan para el destino último del hombre, que es vivir con Dios.

La calidad de enseñanza en nuestros centros cristianos no reside tanto en la preparación profesional de los educadores, sino en el anuncio de la luz del Evangelio y la oferta de la antropología cristiana. 

Os animo a implicaros con gozo en este hermoso campo de la educación, que me resulta muy conocido y cercano desde mi ordenación sacerdotal. Cada vez valoro más lo que significa ser educadores cristianos. ¡Buen ánimo! Pido por vosotras para que el Señor os ilumine, para que reflexionéis, recéis y programéis desde estas coordenadas. 

Pedimos a la Virgen del Carmen su intercesión maternal, para que os mantenga en fidelidad al carisma fundacional, os ilumine en este Capítulo general para proyectar un futuro responsable de la Congregación y os llene de la alegría del Espíritu Santo. Amén. 

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