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Bautismo del Señor (Catedral-Málaga)

Publicado: 09/01/2022: 3822

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Eucaristía celebrada en la Catedral en la fiesta del Bautismo del Señor.

BAUTISMO DEL SEÑOR

(Catedral-Málaga, 9 enero 2022)

Lecturas: Is 42, 1-4.6-7; Sal 28, 2-4.9-10; Hch 10, 34-38; Lc 3, 15-16.21-22.

Fortalecidos para hacer el bien

1.- Estamos celebrando el Bautismo del Señor como final del tiempo navideño. Jesús es bautizado por Juan en el río Jordán. Allí se produce una “teofanía”, una manifestación de Dios. Se oye una voz que dice: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco» (Lc 3, 22).

Y se posa una paloma sobre la cabeza de Jesús, simbolizando al Espíritu Santo. Hay pues, una manifestación de la Trinidad: la voz del Padre, la presencia del Espíritu Santo y el bautismo del Hijo.

Este Hijo inaugura nuestro bautismo, santificando las aguas del Jordán; y nos regala el bautismo.

2.- Hemos de considerar dos aspectos importantes. En primer lugar, el Hijo de Dios, bautizado, nos regala el bautismo y nos hace hijos de Dios. Todo ser humano es hijo de Dios; pero los cristianos, bautizados en el bautismo de Jesús, somos de una manera especial y sacramental, hijos “adoptivos” de Dios.

Los padres y padrinos pedís hoy a la Iglesia el mejor regalo para vuestros hijos: hacerlos hijos de Dios en Jesucristo, el Hijo amado del Padre. ¡Enhorabuena!

No habrá otro regalo más importante, más bello y de mayor valor que les podáis dar en toda la vida a vuestros hijos. Este regalo se lo dais a través de la Iglesia. ¡Felicidades a vosotros, a vuestra familia y a vuestros hijos!

3.- El segundo aspecto a considerar es que Jesús fue ungido por el Espíritu para hacer el bien. Jesús, mediante la unción del Espíritu Santo, Jesús inició con su bautismo su vida pública, como nos recuerda san Pedro en su discurso en casa del centurión romano Cornelio.

Pedro explica que Jesús de Nazaret fue «ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él» (Hch 10,38).

Jesús es el Hijo de Dios, que se ha hecho hombre para salvar al género humano; él es el enviado del Padre, el elegido para llevar a cabo la misión redentora.

Jesús ha recibido el don del Espíritu Santo para realizar su misión. A Lucas le place llamar al Espíritu «Fuerza» de Dios (cf. Lc 1, 35; Hch 1, 8). A pesar de las dificultades, incomprensiones y rechazos, Jesús llevará adelante la misión hasta el final (cf. Jn 19, 30).

4.- Los discípulos de Jesús, bautizados en su bautismo, también tenemos la fuerza que viene de lo alto; contra esta fuerza nadie podrá. Nunca ha sido fácil ser cristiano y el testimonio de vida, pero tenemos la fuerza de Dios, que es su Amor. Ésta es la fuerza más grande que existe en el mundo, capaz de transformarlo todo.

Al igual que Jesús pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, del mismo modo se nos capacita a los cristianos para llevar a cabo la misión que se nos confía: hacer el bien.

Queridas familias, también vuestros hijos bautizados serán testigos del amor de Dios a los hombres y podrán hacer el bien a lo largo de su vida. ¡Enseñadles a vivir como buenos discípulos de Cristo!

¡Si experimentan el amor de Dios y vuestro amor, serán capaces de amar! El ser humano queda capacitado para amar cuando previamente ha experimentado que es amado. Si es rechazado y no tiene la experiencia de ser amado, no es capaz de amar.

5.- La comunidad cristiana os felicita, queridos padres, por haber pedido el bautismo para vuestros hijos. Con la fuerza del Espíritu podrán llevar una vida más completa, de mayor calidad humana y de mayor riqueza espiritual.

Hoy les regalamos un gran tesoro: el don de la fe, de la esperanza y del amor cristianos. ¡Vivid en el amor de Dios, amando a vuestros hijos y a las demás personas!

Desde hoy vuestros hijos bautizados formarán parte de la gran familia de la Iglesia. Hoy inician una nueva etapa en su vida como hijos adoptivos de Dios.

La Luz de Cristo, simbolizada en el Cirio pascual encendido, iluminará su vida hasta llegar a la luz eterna en el cielo.

6.- Aunque en nuestra sociedad hay poca costumbre de hacerlo, os animo a que celebréis el aniversario del bautismo de vuestros hijos, al igual que a celebrar el día del santo propio.

En nuestra sociedad se celebra mayoritariamente “el cumpleaños”. Todos los niños saben el día que nacieron; pero muchos no saben qué día es su santo, ni qué día fueron bautizados.

¡Queridos padres y familias cristianas, educad a vuestros hijos a celebrar con alegría y acción de gracias a Dios el día de su bautismo y el día de su santo!

Y no os olvidéis de enseñarles el amor a la Virgen de la Victoria, nuestra Patrona, a la que pedimos que os ayude a cuidar a vuestros hijos. Al final de la celebración ofreceremos estos niños a la Santísima Virgen María, para que les proteja con su amor maternal y os ayude a amarlos y a cuidarlos como ella hizo con su Hijo Jesús. Amén.

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