DiócesisHomilías

Visita pastoral a la parroquia de Santiago Apóstol (Casarabonela)

Publicado: 28/05/2015: 214

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la visita pastoral a la parroquia de Santiago Apóstol (Casarabonela) celebrada el 28 de mayo de 2015.

VISITA PASTORAL

A LA PARROQUIA DE SANTIAGO APÓSTOL

(Casarabonela, 28 mayo 2015)

 

Lecturas: Heb 10, 12-23; Sal 39, 6-11; Lc 22, 14-20.

(Fiesta de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote)

1.- Hemos escuchado el texto de una carta que escribió el autor a unos cristianos judíos, a los hebreos. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes ¿qué es lo que hacían? ¿Qué hacían los sacerdotes del Antiguo Testamento, los de la época anterior a que viniera Jesús a la tierra? ¿Qué ofrecían en el templo los sacerdotes? (Respuesta de los niños: “corderos o vacas”). Ofrecían víctimas de animales. Eso era para expiar el pecado del pueblo, digamos para reconciliarse con Dios, para ello ofrecían animales.

Esos animales eran el símbolo, signo o tipo de lo que ocurriría después. Pero esa ofrenda de animales, en realidad, no quitaba los pecados. Los pecados los perdonaba Dios.

Ofrecían sangre de los animales. Cuando viene Jesús de Nazaret, ¿qué ofrece Jesús? ¿Ofrece Jesús también ofrendas de sangre de animales? (Respuesta de los niños: “No, ofrece su amistad y amor”).Y, ¿de qué manera lo hace? Jesús, ¿ofreció animales? (Respuesta de los niños: “¡no!”) ¿Ofreció pan? (Respuesta de los niños: “¡sí!”). ¿A quién? (Respuesta de los niños: “a los Apóstoles”). Pero, a Dios Padre, ¿le ofreció pan? En la cruz Jesús ¿qué es lo que ofrece al Padre? (Respuesta de los niños: “la vida”). En la cruz se ofrece Él, no ofrece cosas, se ofrece Él en persona, ofrece su vida.

2.- ¿Cómo se expresa mejor el amor a los padres, amigos, mayores, esposos, esposas, hijos? Si uno que dice que ama a otro le regala siempre cosas: un reloj, un coche, un vestido, etc., pero no le dedica tiempo, le regala cosas de fuera que no son él. ¿Quién expresa mejor el amor: aquel que regala al otro –que dice que le ama–, cosas o el que le regala su tiempo, su vida, el que es capaz de estar una tarde con su padre o un día entero con él, aunque no le regale nada en concreto? ¿Quién expresa mejor el amor: el que regala cosas o el que se regala a sí mismo? (Respuesta de los niños: “el que se regala a sí mismo”). Si los niños lo saben los adultos mejor todavía.

Jesús expresa su infinito amor no regalando cosas, aunque también regaló cosas, pues regaló pan como habéis dicho, regaló salud, curó a enfermos, regaló cosas. Pero, sobre todo, se ofreció a sí mismo durante toda su vida. Y en la cruz, en lugar de ofrecer una víctima de un cordero, se ofreció a sí mismo, como oblación.

3.- Pues esa es la fiesta que celebramos hoy; a parte de la Visita Pastoral, la liturgia de hoy celebra la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno sacerdote. ¿Qué quiere decir la palabra sacerdote? Lo habéis dicho muchas veces: “D. Aureliano es el sacerdote o el cura”. ¿Qué quiere decir sacerdote? La palabra latina indica que el sacerdote, “sacer”, es el que hace las cosas sagradas, el que consagra las cosas, el que hace sacro lo que vive y lo que toca.

Cuando a un ser humano lo bautizan, Jesucristo le hace tres cosas: sacerdote, profeta y rey. Así que todos, por el bautismo, somos sacerdotes, profetas y reyes. A esos tres ministerios, a esos tres tipos de personas los ungían. En el Antiguo Testamento, cogían un cuerno vacío lo llenaban de aceite y lo derramaban sobre la cabeza del rey, del profeta y del sacerdote, consagrándolos.

En el bautismo nos ungieron a todos en la crisma, en la cabeza, la crismación. Hemos sido ungidos todos como sacerdotes, profetas y reyes. Somos lo mismo que Jesús, aunque de otra manera. Él es el único gran Sacerdote, el único gran Profeta, y el único gran Rey, por antonomasia. Pero los demás participamos de esto. Si Jesús ofreció su vida como sacerdote, ¿qué nos toca a nosotros hacer? Si queremos ser como Jesús, ¿qué tenemos que hacer nosotros? (Respuesta de un niño: “ofrecer nuestra vida”). Ofrecer nuestra vida por los demás y ofrecerla al Señor.

4.- Estamos celebrando la Eucaristía que Jesús instituyó. En el Evangelio de san Lucas, que hemos leído, die que Jesús ofreció en la Eucaristía pan y vino, pero ofreciendo su cuerpo y su sangre (cf. Lc 22, 17-20). Participar de la Eucaristía es participar de lo que hizo Jesús: Ofrecernos a Dios y a los demás de corazón, no de mentira; ofrecernos de veras nosotros. Cada uno que piense la manera en que puede ofrecerse a Dios y a los demás.

Hoy es la fiesta de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote que nos invita a todos a unirnos a su sacerdocio, a vivir su sacerdocio. Los sacerdotes tenemos una unción especial después del bautismo que nos consagra de modo muy particular para poder presidir la Eucaristía. Pero ofreciendo la Eucaristía nos obliga a ofrecernos con Jesús. Y participar en la Eucaristía quiere decir, primero, que nos capacita el Señor y, en segundo lugar, que nos invita a hacer lo mismo que Él ha hecho con los demás.

5.- Jesús se ofrece también de una manera obediente; Jesús se ofrece al Padre siendo obediente. Ahora voy a explicaros la palabra obediente, ¿qué significa la palabra obediente? ¿Sabéis lo que es la obediencia? (Respuesta de los niños: “hacer caso a los mayores, a los padres, a los profesores”). La palabra obediencia es una palabra compuesta de “ob” y “audiencia”. Repetid conmigo: “ob-audiencia” (Repiten los niños). Y ahora lo repetimos, pero toda la palabra junta: “ob-audiencia” (Repiten los niños).

Jesús escuchaba a su Padre siempre; Jesús estaba atento con el oído, la “audiencia”: “Señor, ¿tú qué quieres de mí? ¿Qué quieres que haga hoy? ¿Cómo quieres que me comporte? ¿Qué quieres que yo sea?” Estaba siempre pendiente del Padre para hacer lo que el Padre le pedía. Y hasta le pidió ofrecer su vida en la cruz.

6.- Nosotros para ser sacerdotes por el bautismo, como hemos dicho antes, si queremos serlo bien, hemos de hacer como Jesús, estar a la escucha: Jesús, ¿tú qué quieres? Jesús nos ha dicho: “Yo he venido al mundo no para hacer mi voluntad, sino la de mi Padre” (cf. Jn 6,38) Vosotros, ¿qué soléis hacer: vuestra voluntad o la de vuestros padres, educadores, o la de Jesús? ¡Hombre!, desearéis hacer vuestra voluntad, ¿verdad? Pero el Señor, ¿qué nos enseña? A estar atentos y preguntar a Jesús: “tú, ¿qué quieres de mí?” De esa manera seríamos obedientes y ejerceríamos nuestro sacerdocio bautismal. Esto vale para todos.

A veces, –y me dirijo ahora a los mayores– nos escuchamos demasiado a nosotros mismos: “mi voluntad, mi sentimiento, mi gusto, mi deseo”; y tendríamos que estar más pendiente de Su voluntad, Su palabra, Su proyecto en mi vida.

7.- La Visita Pastoral, entre otras cosas, además de conocernos mejor, de encontrarnos y dialogar, tiene una finalidad de revisar cómo está viviendo la fe la comunidad cristiana y cada uno de los fieles. ¿Cómo vivimos como cristianos? ¿Estoy más pendiente de mis cosas y de mis proyectos, o estoy también a la escucha de lo que el Señor me está pidiendo?

Que sea testigo, que celebre la fe, que viva con alegría el ser cristiano, que no tenga miedo de decir que soy creyente fuera de aquí, que no tenga miedo, como comentábamos en la asamblea parroquial. Ser testigos para transformar el mundo, para iluminarlo con el Evangelio, con la luz de Jesucristo que es Luz. Eso nos está pidiendo hoy el Señor y quiero que os lo planteéis: ¿cómo vamos a escuchar a Dios y cómo vamos a ser testigos en la sociedad, en la familia, en el trabajo, en la calle?

Esto nos plantea que hemos de vivir mejor la fe de lo que la vivimos hasta ahora. Así que hemos de estar atentos a lo que nos pida Jesús y eso nos lo pide en su Palabra.

8.- Le pedimos a la Virgen de Rosario, que es la Patrona de Casarabonela, que nos ayude porque, a Ella, se le titula la gran oyente de la Palabra. María fue oyente de la Palabra, escuchó lo que Dios quería de Ella y arrinconó sus planes para aceptar los planes de Dios, que no fueron fáciles. Tener que huir para que no mataran a su Hijo pequeño, no es fácil para su madre. Y ver morir delante de sus ojos, crucificado encima, a su Hijo, no debe ser nada agradable para una madre. No le fue fácil.

Pedimos a Ella, pues, su intercesión y su apoyo maternal. Que así sea.

Más artículos de: Homilías
Compartir artículo