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Visita Pastoral a la parroquia de Santiago el Mayor (Estación de Gaucín)

Publicado: 23/06/2013: 319

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Visita Pastoral a la parroquia de Santiago el Mayor (Estación de Gaucín), celebrada el 23 de junio de 2013.

VISITA PASTORAL

A LA PARROQUIA DE SANTIAGO EL MAYOR

(Estación de Gaucín, 23 junio 2013)

 

Lecturas: Za 12,10-11;13,1; Sal 62,2-9; Gal 3,26-29; Lc 9,18-24.

(Domingo Ordinario XII-C)

1.- Hemos escuchado un texto de una carta que san Pablo escribe a unos cristianos que habitaban en una zona llamada Galacia, los gálatas, y pone un hermoso ejemplo. Habla del bautismo y dice: «Cuantos habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo» (Gal 3,27).

En los bautismos se pone una vestidura blanca después de bautizar al niño o la niña o al adulto, se le da una vestidura blanca símbolo de que el bautizado se reviste; revestir es poner un vestido encima de otro, ahora voy revestido, llevo un traje y me he puesto unas vestiduras blancas para la celebración, porque significan muchas cosas: para desempeñar el oficio sacerdotal, para representar a Cristo.

Lo importante es que el bautismo nos injerta, como si fuéramos unos sarmientos, en la vid que es Cristo. Y a partir de ahí podemos pensar como Él, vivir como Él, para ser como Él. El bautismo nos da la gracia de ser hijos de Dios dándonos un vestido nuevo.

2.- ¿Vosotros cambaríais un vestido roto, sucio y viejo por un vestido nuevo? Claro que sí. El ejemplo es muy bonito. Jesús, el Hijo de Dios, vive como Dios, pero cuando decide encarnarse toma el vestido de la humanidad. Cristo se reviste de humano, toma carne humana. Él no tenía carne humana en el cielo. Por tanto, Cristo se rebaja y toma carne humana revistiéndose de hombre.

¿El vestirse de hombre respecto a Dios es un vestido precioso, maravilloso, luminoso o ¿acaso para Dios hacerse y rebajarse a ser hombre es un vestido más bien de pobre? ¿Qué pensáis? (Respuesta de una feligresa: es un vestido de pobre).

Para que un Dios se revista de hombre, ¿sale ganando o perdiendo? Un rey, un emperador, deja el trono y se va a vivir con los más pobres de su reino dejando la corona y los trajes reales, y se pone los vestidos del campesino para labrar la tierra ¿gana o pierde el rey? (Respuesta de una feligresa: pierde).

3.- El papa Benedicto contó un día esta historia: había un rey que no entendía por qué Cristo se había encarnado y en qué consistía la encarnación. Entonces preguntó a los sabios, pero no supieron explicárselo. Les pidió que les explicaran eso de que Dios, siendo Dios se encarna en el hombre, y se hace pobre. Y los sabios no supieron explicárselo.

Y un pobre andrajoso se enteró que el rey había pedido esa explicación porque no la entendía; entonces dijo a los servidores del rey que él le explicaría al rey su significado. El rey lo llamó, llegó a su presencia. Y el pobre vestido con su traje viejo, sucio, desgarrado, a pedazos, le dijo al rey que si quería entender qué quiere decir que Dios se encarnó tenía que quitarse sus ropas y ponerse las de él, las del pobre. Pero el rey se negó a cambiar su ropa con las del pobre andrajoso. El pobre le dijo que mientras no cambiara sus vestidos no entendería lo que es encarnarse.

Al final, el rey accedió, se quitó su ropa suntuosa, de oro, el traje precioso de seda, y las cambió por los harapos malolientes del pobre. Entonces preguntó el pobre al rey cómo se sentía con esas ropas. Y el rey contestó que se sentía un pobre, un mísero y un cualquiera. Pues, eso es lo que ha hecho Jesucristo –le indicó el pobre–, ha dejado su reino y se ha rebajado y se ha vestido de hombre. Ahora, si el rey saliera vestido con esa ropa de pobre le tratarían como a un pobre; los súbitos del rey en lugar de aclamarlo lo maltratarían. Entonces el rey entendió lo que significa rebajarse y ser en vez de un rey, ser un pobre. Mientras que el pobre vestido con las ropas del rey se sintió de lujo, como alguien importante.

4.- San Pablo lo explica a los gálatas. Cristo siendo rico se hizo pobre por nosotros. Lo desnudaron y murió en la cruz. Tomó carne humana, tomó el vestido de hombre. ¿Para qué? Para regalarnos a nosotros el vestido de reyes.

Y en el bautismo el Señor nos regala su vestido. Por eso nos dice que hemos sido incorporados al bautismo de Cristo y hemos sido revestidos de Cristo (cf. Gal 3,27). Nos ha dado el traje del perdón, de la alegría, de la luz, del amor. Cada uno de nosotros vamos vestidos con el vestido de Cristo, con el vestido de la fe, de la esperanza, de la caridad.

¿Si vosotros tuvierais que ir a un monte donde hubiera mucho fuego iríais como vais vestidos? ¿Qué traje os pondríais? Los bomberos que van a apagar fuegos, ¿cómo van vestidos? (Respuesta de una niña: con un buen ropaje). Van con una ropa especial que no le afecta el fuego y no se quema.

5.- Uno que quiera sumergirse en el fondo del mar y estar una hora debajo del agua, ¿puede estar con un bañador e irse al fondo del mar? (Respuesta de las feligresas: ¡no!). ¿Qué traje necesita para estar debajo del mar? (Respuesta de una niña: el de submarinista o el de buzo). Para cada cosa necesitamos un traje.

Jesucristo el Hijo de Dios para estar con los hombres quiso ponerse el traje de humano. Y, ¿qué necesitamos nosotros para estar con Jesús en el cielo? El traje que Él tiene. Pues ese traje nos lo ha regalado en el bautismo. A todos los que estamos bautizados Jesucristo nos ha regalado un traje especial, mejor que el de los bomberos y mejor que el de los buzos, y mejor que el de los astronautas; es un traje especial.

Y, ¿sabéis qué nos ha dicho el Señor? Pues, nos ha dicho que cuidemos ese traje, que no lo ensuciemos, que no lo rompamos y si se ensucia que lo limpiemos en la confesión. Pero con ese traje hemos de entrar en el cielo, es un traje muy especial.

Hemos sido revestidos de Cristo. Ese traje nos da fuerza, nos da luz, nos da calor, nos hace capaces de amar. ¿Cuidaréis ese traje? ¿Cuidaremos todos ese traje? Ya sabéis lo que hizo Jesús con nosotros, nos intercambió el traje como se intercambiaron el traje el rey y el pobre del cuento.

Ahora vamos a pedirle a Jesús, que se ha quitado su traje, ha quedado en la cruz porque nos lo ha regalado a nosotros para que podamos ser hijos de Dios con Él. Le pedimos al Señor que cuidemos bien ese traje que es el traje de la gracia y del amor. Se lo pedimos también a la Virgen, que nos ayude a vivir como Ella. Que así sea.

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