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Fin de curso de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria (Málaga)

Publicado: 31/05/2013: 530

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en el fin de curso de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria, celebrada en Málaga el 31 de mayo de 2013.

FIN DE CURSO DE LA FUNDACIÓN DIOCESANA

DE ENSEÑANZA SANTA MARÍA DE LA VICTORIA

(Málaga, 31 mayo 2013)

 

Lecturas: Salmos de las vísperas.

1.- Con este acto litúrgico de la celebración solemne del rezo de las Vísperas clausuramos el curso académico 2012-2013, que ha estado presidido, en la parte espiritual, por dos temas muy importantes. El primero, la celebración del Año de la Fe.

En todos los colegios hemos visto el lema, pues en todos los Centros de la Fundación vivimos la fe. Damos gracias al papa Benedicto, que nos ha invitado a reflexionar sobre esta virtud teologal tan importante. Dentro de nuestra Diócesis, que había aceptado este objetivo como prioritario, también hemos trabajado el tema de la Palabra de Dios, la Biblia como la vida del cristiano. La Palabra que el Señor nos ofrece como alimento nuestro.

2.- Quiero felicitar a todos, cada uno en su correspondiente tarea y nivel. Desde los Patronos, a quienes agradezco lo que están haciendo y su presencia también aquí; a los directores de áreas y los directores de colegios. Tal vez vosotros no os dais cuenta, pero los que os visitamos vemos vuestras iniciativas, cómo están los colegios, cómo trabajáis para que esto sea realidad en nuestros alumnos; eso es de felicitar. Todas las iniciativas que tenéis han sido múltiples, y no sólo en el campo de la formación espiritual o religiosa, sino en el campo humano, en el campo académico.

Hoy es un día de acción de gracias y de fiesta. Es una fiesta de fin de curso. Y en una fiesta tenemos que, en primer lugar, dar gracias a Dios; y después daros las gracias a vosotros. Doy gracias por lo que sembráis, por lo que plantáis, por lo que soñáis, por lo que trabajáis, para que sea realidad lo que el Señor nos pide.

3.- La formación integral es fundamental en nuestros colegios y en nuestra tarea educativa. Es importante que profesores y padres, especialmente los padres, se enteren. La calidad que ofrecemos no viene dada por unos criterios pedagógicos o por las técnicas educativas; fundamentalmente no viene por ahí.

La calidad de nuestros colegios viene dada por nuestra identidad cristiana. Ofrecemos una imagen de hombre, que no ofrecen los otros colegios, al menos los estatales. Ofrecemos no solamente una imagen de hombre, sino la imagen del hombre como imagen de Dios. Ofrecemos no solamente unos valores humanos o simplemente religiosos, sino el anuncio del Evangelio. Todo esto lo ofrecemos libremente. Y precisamente esto es lo que más calidad da a nuestra enseñanza. Eso es lo que nunca tendrán los colegios mal llamados «aconfesionales», pero que a veces son confesionales de un ateísmo. La enseñanza nunca podrá ser neutra.

4.- La enseñanza, –y dejo ahora a parte los valores humanos tradicionalmente admitidos y los Derechos Humanos–, siempre tiene necesariamente una dimensión religiosa. O es religiosa en sus distintas iglesias, confesiones cristianas o no cristianas, o judías, o islámicas; y si no fuera religiosa lo es también en cierto sentido, porque sería anti-religiosa. Pero no existe una educación neutra, como algunos pretenden.

Hoy demos gracias a Dios con todos vosotros. Agradecemos vuestro trabajo desde las líneas que marcan la educación y la pedagogía de nuestros colegios. Este acto es muy significativo; forma parte de la educación; forma parte de nuestra tarea.

5.- En el Salmo 126, que hemos rezado en las Vísperas, dice: «Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los constructores». Si el Señor no está con nosotros en esta tarea, corremos en vano.

Vuelvo a poner identidad y calidad en un mismo nivel. Dejemos que el Señor penetre en nuestro corazón y entre dentro de nosotros, como hizo la Virgen.

Hoy es la fiesta de la Visitación. La Virgen se dejó dócilmente transformar, moldear y llenar por el Espíritu. Y eso no nos resulta fácil a nosotros. Pero si Ella lo hizo, también nosotros podemos hacerlo con su ayuda y con su maternal intercesión. Ella se vació de sí misma, como se vació su Hijo, que siendo Dios se hizo hombre (cf. Flp 2,6-11). Ella también se vacía y se llena del Espíritu Santo. El fruto que nos ofrece es Jesucristo, el Salvador. La Virgen comunica su alegría y visita a su prima Isabel, que está en circunstancias similares de embarazo reciente.

6.- ¿Por qué nosotros no nos dejamos llenar también del Espíritu, para quedar fecundados? Ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos, para que Dios actúe en nosotros.

La Historia de la salvación tiene dos protagonistas: Dios interactúa recíprocamente con el hombre. No puede haber historia salvífica sin los dos protagonistas. A veces, queremos hacer nuestra historia nosotros solos y así nos sale. Hemos de dejar que en nosotros actúe el Espíritu. Eso da un fruto nuevo, increíble, sobrenatural, que no es sólo nuestro.

Agradezco vuestra tarea, pero os pido también que nuestra misión la hagamos conjuntamente con el Espíritu y con María. De esa forma daremos en el clavo y haremos lo que realmente nos piden los alumnos y nos piden sus padres o responsables.

7.- Demos gracias a Dios en este día de clausura del curso académico 2012-2013 y que sea una fiesta; una fiesta en todos los sentidos. La fiesta no acaba aquí, la fiesta la prolongaremos después. Pero seguimos estando con el Señor y seguimos pidiéndole a la Virgen que nos acompañe.

Después del descanso estival, aunque haya trabajo hasta final de junio, regresemos con renovadas fuerzas y con nuevas perspectivas, con nuevo gozo para reemprender un curso en el que vamos a dejar que sea muy protagonista el Espíritu.

Le pedimos a la Virgen que el fruto de su seno, que es Jesús, haga su trabajo salvífico en cada una de nuestras almas. Que así sea.

 

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