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Visita pastoral a la Parroquia de Santos Mártires (Málaga)

Publicado: 04/05/2012: 3043

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Eucaristía celebrada con motivo de la Visita Pastoral a la Parroquia de los Santos Mártires de Málaga el 4 de mayo de 2012.

VISITA PASTORAL

A LA PARROQUIA DE SANTOS MÁRTIRES

(Málaga, 4 mayo 2012)

Lecturas: Hch 13, 26-33; Sal 2; Jn 14, 1-6.

1.- Culminamos, como ha dicho el párroco D. Federico, esta Visita Pastoral a la parroquia de los Santos Mártires, nuestros Patronos de la Ciudad, con esta Solemne Eucaristía como broche de oro final, como acción de gracias a Dios por lo que supone una Visita Pastoral que es un don, una gracia del Señor para la comunidad cristiana.

Hemos escuchado en el libro de los Hechos una explicación típica de lo que hacían los apóstoles, una predicación modelo. San Pablo va a una ciudad llamada Antioquía de Pisidia, entra en la sinagoga, que era la equivalente a la iglesia de los judíos, por lo tanto, habla a creyentes judíos y les explica el núcleo de la predicación evangélica.

¿Cuál es el resumen de lo que Pablo les dice a los judíos, las tres enseñanzas claves? Dice Pablo: “Las autoridades judías mataron a Jesús de Nazaret” (cf. Hch 13, 28). Primera idea: Jesús murió por nosotros. Segundo: “Dios lo resucitó” (cf. Hch 13, 30). Tercero: “Nosotros somos testigo de eso” (cf. Hch 13, 31-33). Los testigos que conocieron a Jesús dieron testimonio y Pablo es un testigo. Este es el núcleo de la predicación. Cristo ha muerto por mí, por la humanidad; Cristo ha resucitado y el apóstol es testigo de esa resurrección del Señor. Ese tendría que ser el núcleo de nuestra predicación o comunicación a nuestros paisanos.

Cristo ha muerto, y las cofradías lo expresáis con imágenes hasta en la calle. Las distintas imágenes de Semana Santa expresan el hecho histórico que Jesús muere por nosotros.

Cristo resucita y ahora tenemos cincuenta días pascuales para celebrar la Pascua, la resurrección del Señor. Cristo ha resucitado, ¿cómo expresamos nosotros que Cristo ha resucitado? ¿Cómo damos a entender a nuestros paisanos que nuestra religión no quedó en la muerte de Cristo, que no es una religión de un muerto, que no es honrar a un muerto, sino que es una religión de vivos? Es una religión de Cristo resucitado que está vivo entre nosotros.

En estos días pascuales el Señor cuando se encuentra con los discípulos les da la paz y los discípulos se llenan de alegría. La paz y la alegría son dos dones pascuales del Señor. Si nosotros vivimos y acogemos la paz de Cristo, y la alegría de ser cristianos será una forma de anunciar que Cristo está vivo, que Cristo ha resucitado.

2.- Y, ¿cómo podemos ser mejores testigos? ¿Cómo podemos dar a entender, explicar, dar testimonio de que nuestra fe no es un invento de ninguna persona humana, de que lo que vivimos es una realidad histórica, de que Cristo vivió, murió y Cristo resucitado vive por los siglos? Esa es la tarea que nos toca hacer hoy.

A ver niños, ¿cómo se llama nuestra parroquia? Parroquia de los Santos Mártires (responden los niños). Y, ¿cómo se llamaban los mártires? San Ciriaco y santa Paula (responden los niños). Muy bien; san Ciriaco y santa Paula, cuyas imágenes están en esta parroquia. ¿Qué les pasó a Ciriaco y a Paula? Eran creyentes, eran cristianos, hubo una persecución contra los cristianos y a ellos los torturaron y los mataron por ser testigos.

¿A alguien de nosotros nos ha pedido el Señor que muramos? No hemos muerto ninguno de los presentes, estamos todos vivos. No nos ha pedido un testimonio hasta la muerte, por lo menos hasta hoy, a lo mejor en un futuro sí, no lo sabemos.

Ellos vivieron en una sociedad más difícil que la nuestra, más pagana y anunciaron lo que estamos diciendo y dieron testimonio con su vida.

Nosotros como feligreses de esta parroquia cuyos Patronos, los titulares, son también Patronos de la Ciudad, hemos de pedirles a Ciriaco y Paula que nos ayuden a ser testigos hoy. ¡Ciriaco y Paula, enseñadnos a ser testigos de Jesucristo! Con vuestro ejemplo, decidnos cómo tenemos que hacer nosotros; con vuestra intercesión, explicadnos cómo ser testigos hoy de la resurrección de Jesucristo. Y ellos nos ayudarán a ser buenos testigos.

3.- Hay otra idea importante dentro de este testimonio que estamos diciendo que cuando Pablo predica en la sinagoga y dice que los jefes, los que mandaban en Jerusalén, cuando mataron a Jesús prácticamente no se enteraron de lo que hacían, de que estaban matando al Mesías. Y fijaos, san Pablo dice: «Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado» (Hch 13, 27). Sin apercibirse de la realidad ellos ejecutaron, realizaron lo que estaba previsto según las Escrituras, que el Mesías tenía que morir.

Fijaos que hay un paralelismo, hoy en día nuestras autoridades puede que también, sin entender lo que hacen, estén atacando la fe cristiana y a los cristianos de muchas maneras. Y esto el Señor lo permite para que los cristianos podamos dar testimonio de Jesús. Así que es posible que la situación que estamos viviendo el Señor la permita para hacer que nosotros podamos dar buen testimonio.

Por tanto, no nos quejemos, más bien demos testimonio objetivamente, bien dado de la fe que profesamos. Las circunstancias sociales, políticas, culturales varían, pero el cristiano tiene que estar dispuesto a dar ese testimonio en cualquier circunstancia, le sea favorable o le sea adversa. Eso no es importante. El Señor nos pide que seamos con Pablo, Ciriaco y Paula, testigos de la fe. Que os toca vivir en un ambiente propicio, agradable, digamos no difícil, pues ¡bendito sea Dios! Que nos toca hacerlo en un ambiente complicado, contrario a la fe, siendo incomprendido, pues también ¡bendito sea Dios!

                Pablo está dándonos una lección diciendo que hay que tener en cuenta que hay que gente que persigue a los cristianos, en realidad, sin saber muchas veces lo que hace, porque si supieran bien lo que es la fe cristiana y quién es Jesucristo, si fueran conscientes estoy convencido de que muchas personas no lo perseguirían.

4.- ¿Qué ha dicho el Evangelio de san Juan cuando Jesús entabla un diálogo con los apóstoles haciéndoles ver que está cerca su despedida? Jesús hace una afirmación, ¿la recordáis? “Yo soy el camino, la verdad y la vida” –responden los niños de la parroquia–. Jesús es el único camino, no hay otro. La forma que tiene el hombre de acceder al Padre es Jesucristo. El único puente que une las dos laderas de un río, el único puente que permite pasar de la humanidad a Dios es Jesucristo, no hay otro.

¿Encontráis diferencia entre un camino, una carretera y unas señales de tráfico? ¿Es lo mismo una señal de tráfico que el camino? Las señales nos indican el camino, pero las señales no son el camino. Jesucristo no es una simple señal que nos dice ir por ahí, Jesucristo es el camino que hemos de recorrer, el puente que hemos de cruzar, no es una simple señal. La señal podría ser los testigos, los apóstoles, los catequistas, los papas, los sacerdotes podemos ser señales unos para otros para advertirnos que no nos salgamos del camino, que no nos despistemos.

¿Sabéis lo que quiere decir despistar? Salirse de la pista. El despistado es el que se ha salido de la pista y tiene que volver a la pista, tiene que “empistarse”. El que abandona el camino de Jesús si quiere encontrar la felicidad verdadera tiene que regresar otra vez al camino de Jesús.

Y no solamente el camino; no hace falta desarrollar ahora en esta reflexión homilética que Jesús es la Verdad, no una verdad, no una opinión. Jesucristo es la Verdad. Y nuestra sociedad no quiere oír hablar de verdad absoluta. A nuestra sociedad le encanta las opiniones. Por todos los medios de comunicación, todos nos sueltan sus opiniones y para todos son todas válidas y todas valen lo mismo. Pero no hay una sola verdad, tienen miedo a la verdad. Y verdad solo hay una: Jesucristo, que nos revela que Él es Dios Padre, la Verdad, no simples opiniones.

Y después la Vida, de la cual nos alimentamos los sarmientos unidos a la vid (cf. Jn 15, 54). La vida de la Eucaristía, del alimento eucarístico.

5.- Queridos niños ¿qué vais a recibir esta tarde? El sacramento de la confirmación, –responden los niños–. Y en este sacramento, ¿qué os va a regalar el Señor? El don del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es un regalo que comprende a su vez otros dones. Para entenderlo podemos decir que el gran regalo, el gran don se compone de otros dones: sabiduría, entendimiento, consejo, ciencia, piedad, fortaleza y temor de Dios.

Esas son manifestaciones distintas de ese regalo que es el Espíritu Santo. Por tanto, con que entendáis qué regalo vais a recibir, después seguiréis vuestra preparación catequética para terminar de prepararos y poder participar en la Eucaristía; pero con esto es más que suficiente para poder recibir este gran regalo del Espíritu Santo.

Lo haremos con dos símbolos: una imposición de manos que haré general para todos y después una imposición particular, mi mano se posará sobre vuestra cabeza, y al mismo tiempo, os ungiré la frente con el óleo del crisma. Con esos dos gestos, la imposición y la unción recibiréis el Espíritu Santo y quedaréis marcados, sellados para siempre. Ese regalo sella al cristiano para siempre, lo marca, perteneceréis siempre a Dios, no podéis ya renegarle, no debéis hacerlo, sería perder vuestra identidad.

Vamos a proseguir y a pedir a la Virgen María bajo las diversas advocaciones que tenéis en vuestras cofradías, tantas hermosas titulaciones que le dais, y a los santos Ciriaco y Paula, nuestros Patronos, a pedirle que nos ayuden a ser hoy verdaderos cristianos y auténticos testigos de Jesucristo. Amén.

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