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HOMILÍA DEL OBISPO: Rehabilitación del templo parroquial y bendición del columbario (Campillos)

Publicado: 25/07/2020: 15367

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga el 25 de julio de 2020 en la Eucaristía de inauguración de la rehabilitación del templo parroquial y bendición del columbario.

REHABILITACIÓN DEL TEMPO PARROQUIAL

Y BENDICIÓN DEL COLUMBARIO

(Campillos, 25 julio 2020)

 

Lecturas: Hch 4, 33; 5, 12.27-33; 12, 2; Sal 66; 2 Co 4, 7-15; Mt 20, 20-28.

(Fiesta de Santiago Apóstol)

 

1.- Un saludo fraternal a nuestro párroco, D.Francisco, a los sacerdotes y diácono concelebrantes y demás ministros del altar. Y a todos los fieles de esta querida parroquia de Santa María del Reposo en Campillos.

Como ha dicho el párroco en el saludo inicial, hoy es un gran día para esta comunidad cristiana.

Esta celebración eucarística quiere expresar hoy nuestra acción de gracias a Dios por haber podido llevar a cabo la rehabilitación integral del templo parroquial.

Con espíritu de fraternidad y de colaboración en equipo hemos culminado la restauración del primer y principal monumento histórico de Campillos.

Dando gracias a Dios, agradecemos también a todas las personas e instituciones, que han contribuido a esta hermosa tarea, necesaria para la conservación de este preciado inmueble.

Como recordaba el párroco, además del valor histórico, cultural y patrimonial del templo, tiene un significado más profundo, porque expresa la belleza de Dios y nuestro deseo de dar culto a Dios de manera hermosa. ¡Enhorabuena, querida comunidad cristiana de Campillos! Os felicito por esta hermosa obra.

Ahora corresponde a toda la comunidad cristiana de Campillos seguir colaborando para sufragar los gastos contraídos. Aunque estemos en una situación económica difícil, provocada por la pandemia, para las cosas de Dios y para las necesidades de los hermanos siempre debemos aportar.

También haremos hoy la bendición del columbario de la Cofradía de la Virgen de las Angustias, donde iremos cantando las Letanías lauretanas.

 

2.- La iglesia de Santa María del Reposo en Campillos es un hermoso edificio del antiguo arzobispado de Sevilla, al que perteneció esta localidad hasta 1958, cuyo templo comenzó a construirse en el siglo XVI y quedó finalizado en el XIX.

Es un buen exponente del barroco sevillano, como manifiesta su fachada principal. Os felicitamos por haber repuesto en la hornacina de la fachada la imagen de la Virgen del Reposo.

El templo fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 2004 y ha sido objeto ahora de una importante rehabilitación integral, que se ha ido realizando según descubríamos la necesidad de hacerlo.

La actuación se ha llevado a cabo en varias fases. Nos ha ayudado el Ayuntamiento de Campillos, a quien agradecemos su colaboración; y naturalmente, toda la Diócesis de Málaga ha contribuido, a través del Obispado.

Los últimos trabajos se han llevado a cabo en el interior del templo, eliminando humedades y renovando el sistema eléctrico.

La rehabilitación de este hermoso templo anima a toda la comunidad cristiana de Campillos a renovarse interiormente, para afrontar el gran reto de la evangelización. Nuestra sociedad os necesita; sois evangelizadores y anunciadores del Reino de Dios y portadores de una felicidad que no existe de este mundo.

 

3.- El libro de los Hechos de los Apóstoles nos recuerda que «los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor» (Hch 4, 33).

El Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: «¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre?» (Hch 5, 28). Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hch 5, 29).

Pero los apóstoles anunciaban el kerigma de la muerte y la resurrección de Jesús: «El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero» (Hch 5, 30).

Ellos fueron testigos valientes, que no temieron perder su vida por Cristo y su evangelio.

El apóstol Santiago nos da ejemplo y nos exhorta en su fiesta a ser hoy testigos de la fe cristiana.

 

4.- Hemos de reconocer las raíces cristianas de nuestra historia; de lo contrario es ignorar la identidad objetiva de lo que la fe cristiana ha sido para España, su historia y sus mejores creaciones espirituales históricas, su cultura y su proyección en el mundo.

En nuestros días vivimos en una sociedad muy distinta a la que vivió el apóstol Santiago en la era apostólica; pero hemos mantenido la fe cristiana.

Algunos pretenden ahora una sociedad marcada por un confesionalismo laicista, beligerante contra el cristianismo, cuya implantación cultural y social no es posible reprimir sin herir los sentimientos y los derechos de las mayorías cristianas. No faltan quienes apelan al respeto de la pluralidad religiosa, pero en realidad proponen la represión o eliminación de las manifestaciones públicas de la fe católica. Los cristianos no imponemos a nadie nuestra fe; solo pedimos poder profesarla y celebrarla libremente, como un derecho ciudadano.

 

5.- En el evangelio que se ha proclamado hoy vemos a la madre de los Zebedeos que hace una petición a Jesús: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda» (Mt 20, 21).

La respuesta de Jesús es, a su vez, una pregunta: «¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?»; es una manera delicada de preguntarles si eran capaces de dar la vida. Y los zebedeos contestan que están dispuestos a morir con él (cf. Mt 20, 22).

El Señor nos pide hoy un testimonio de la fe, la esperanza y la caridad que profesamos como miembros de Iglesia. No nos pide un testimonio cruento, con derramamiento de sangre; no nos exige la pérdida de nuestra vida temporal; pero nos pide una actitud valiente en esta sociedad descreída y sin valores cristianos.

Querida comunidad cristiana de Campillos, os animo a seguir viviendo la fe, celebrándola en comunidad, viviéndola asociativamente en las cofradías, movimientos o asociaciones.

 

6.- También nos pide, de puertas a dentro, un embellecimiento del templo espiritual que es la parroquia. Hemos de eliminar las disensiones, las discusiones estériles, lo que obstaculiza la unidad.

Cada uno de nosotros somos piedras vivas que formamos la Iglesia, la diócesis y la parroquia. Y ello nos exige un compromiso evangelizador y de participación en las distintas tareas de la comunidad parroquial.

Hoy hemos hecho un reconocimiento a algunas personas, otorgándoles la Bendición del Papa y la Medalla “Pro Ecclesia Malacitana” por su valiosa y desinteresada colaboración en la parroquia en el campo catequético, litúrgico, asistencial, social.

Como dice Jesús: «El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo» (Mt 20, 26-27).

Hemos de tomar como modelo al Señor: «Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28).

Hoy dos niños, Jaime y Baldomero, recibirán por primera vez el sacramento eucarístico del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Felicitamos a Jaime en la fiesta de su Santo. Como sabéis, el nombre de Santiago se dice de varias maneras: Jaime, Jacobo, Yago.

Pedimos al apóstol Santiago su intercesión, para que su patrocinio nos ampare siempre; para que sepamos mantener la fe y hacer cuanto esté en nuestras manos para transmitirla con celo apostólico.

Es necesario formamos bien en la fe, para profesarla valientemente y transformar nuestra sociedad y la cultura de nuestro tiempo a la luz del evangelio.

¡Que la Santísima Virgen María, bajo la advocación de Santa María del Reposo, nos acompañe en este camino hacia la verdadera patria del cielo! Amén.

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