NoticiaActualidad «Con Pablo podemos aprender el camino de una vida recta» Publicado: 15/09/2008: 2117 • Al inicio del Año Paulino Entrevista a D. Antonio Dorado, obispo de Málaga, sobre el Año Paulino Un tal Saulo fue el elegido como instrumento para llevar su nombre a todas las naciones, a sus gobernantes, y al pueblo de Israel. Así se lo hizo saber el Señor mediante una visión a Ananías, y así lo recogen los Hechos de los Apóstoles en su capítulo nueve. Ese hombre, que pasó de perseguidor a perseguido, se convirtió en un convencido predicador del Evangelio y es hoy uno de los pilares de la Iglesia. En este año en que se cumple el bimilenario de su nacimiento, el papa Benedicto XVI ha proclamado un Año Paulino. En él se invita a los católicos de todo el mundo a un acercamiento a la figura de Pablo, a su vida y a su obra, para favorecer el contagio de su amor por Cristo. En las siguientes líneas entrevistamos a D. Antonio Dorado, obispo de Málaga, en torno a este gran acontecimiento eclesial. –Don Antonio Dorado, obispo de Málaga, en este Año Paulino que se clausurará el 28 de junio de 2009. ¿A qué estamos invitados los cristianos malagueños? –El Papa Benedicto XVI lo formula así: “Este es el objetivo del Año Paulino: aprender de san Pablo; aprender la fe; aprender a Cristo; aprender, por último, el camino de una vida recta”. –Pablo fue un apóstol audaz, un apasionado por Cristo que no podía dejar de proclamar la Buena Nueva, que no se desanamaba ante los fracasos y que alentaba los carismas de los miembros de la Iglesia naciente como un signo fortalecedor del Espíritu. En su opinión ¿qué características del apóstol de los gentiles nos interpelan hoy más intensamente a los fieles diocesanos? –Por su especial sintonía con nuestro Proyecto Pastoral Diocesano, subrayo las siguientes: Su experiencia de un encuentro personal con Cristo, que le lleva a proclamar: “para mí, la vida es Cristo”; su ardor evangelizador: “Ay de mí si no anuncio el Evangelio”; su entrega apostólica con fidelidad y con paciencia, arriesgando su propia vida; su sensibilidad para proponer el Evangelio en contextos culturales nuevos y en el lenguaje de las personas a las que se dirigía; su profunda espiritualidad y su vida de oración. La diócesis ofrece abundante material para el Año Paulino. –A nivel diocesano, ¿qué medios se ponen a nuestro alcance para conocerle mejor e imitarle en su amor a Cristo y a la Iglesia? –En nuestra diócesis hemos editado dos preciosos documentos para la realización de nuestro Programa Pastoral, que tiene como objetivo central “fortalecer y transmitir la fe”. En este tercer curso, el tema se titula: “El vivir en Cristo”, personal y comunitariamente. En este pequeño libro hay constantes alusiones a las enseñanzas de san Pablo. Y un segundo documento titulado “La persona y el mensaje de san Pablo”, que contiene 11 catequesis del papa Benedicto XVI o temas formativos con unas orientaciones concretas para orar personalmente, para profundizar y dialogar en grupo. Además de otras iniciativas de las que iremos informando oportunamente. –¿Qué recomienda a las parroquias para llevar a la práctica ese acercamiento a san Pablo? –Principalmente presentar a los feligreses los dos documentos a los que hago alusión antes, y trabajarlos con gran interés. Queremos presentarlos al principio de curso en todos los Arciprestazgos y Delegaciones Diocesanas. Es la mejor manera de caminar todos juntos en el mismo Proyecto Pastoral. Creo que será muy útil también organizar peregrinaciones a los lugares donde vivió y evangelizó san Pablo. Y leer con detenimiento durante el año las Cartas del Apóstol san Pablo. Autor: Revista Diócesis