Al hilo de las respuestas del Papa, de las que reproducimos un fragmento en el siguiente reportaje, hemos acudido al párroco de San Manuel, en Mijas-Costa (la parroquia de mayor número de Primeras Comuniones de la diócesis), para que nos dé algunas pistas sobre cómo deberían plantearse padres e hijos la Primera Comunión, desde el comienzo de curso.

Aunque estamos a comienzos de curso, es ahora cuando hay que comenzar a preparar las Primeras Comuniones de nuestros hijos, y no en mayo. José María Ramos Villalobos, párroco de Mijas-Costa, apunta algunos planteamientos que podrían hacerse los padres en estos días, a la hora de apuntar a sus hijos a las catequesis de preparación al sacramento de la Comunión:

• El deseo sincero de una preparación religiosa, comenzada ya en el ambiente familiar, para que sus hijos se inicien en la oración comunitaria y litúrgica.
• Solicitar ayuda a la parroquia para el despertar religioso de sus hijos, que por el motivo que sea, no han podido recibirlo en el ámbito familiar.
• El apoyo a sus hijos con su testimonio en la participación en la Eucaristía Dominical, su asistencia a las reuniones, el dialogar con sus hijos sobre el tema expuesto en las catequesis, para que los niños descubran que la Primera Comunión es algo importante para su familia y no sólo una fiesta para el niño.
• Sobre todo, tomar conciencia de que la Primera Comunión no es un acto social, ni un acto tradicional, ni la primera y última Comunión; es una respuesta al juramento que hicieron de transmitir la fe a sus hijos el día del Bautismo.

La parroquia San Manuel, en Mijas-Costa es la de mayor número de primeras comuniones de toda la diócesis, ¿qué porcentaje de niños continúan participando en la Eucaristía del domingo?

–No voy a dar una cifra, pues la respuesta es muy compleja. En la parroquia tenemos catequesis de perseverancia con un número de niños que siempre nos parecerá muy pequeño, aunque es muy considerable, teniendo en cuenta tantas actividades deportivas y desplazamientos familiares que se producen los fines de semana.

Nuestro deseo es soñar con la utopía del cien por cien. Pero aquí nos encontramos con la raíz profunda de toda Iniciación Cristiana en la infancia: el apoyo y el testimonio familiar. Depende de cuál sea la razón por la que piden los padres la Primera Comunión. Hay niños que continúan sin el apoyo familiar y hay padres que continúan sin el acompañamiento de los niños.

¿Cómo hacéis para enamorar a padres e hijos a que sigan partipando?

–Desde el primer día, éste es un mensaje que no paramos de repetir en las catequesis con los niños y en las reuniones con los padres.

En las aulas de catequesis y en la entrada del templo tenemos colocado un cartel en el que se lee: “Para ti cristiano, un domingo sin misa, no es domingo”. ¿Qué hacemos?

Los niños que ya han recibido su Primera Comunión, participan activamente leyendo las lecturas, con los cantos y siendo acólitos. Todo esto se prepara el sábado en las catequesis de perseverancia. La liturgia se adapta a ellos, siendo fiel a la misma, pero el lenguaje y los signos que utilizamos les atraen, tanto a los pequeños como a los mayores.

El Papa afirma que al principio era de una línea más severa según la cual donde no hay fe, no hay sacramento. Con la experiencia, ha llegado a la conclusión de que “si vemos que hay un deseo también de estos niños que quieren entrar en comunión con Jesús, me parece que conviene ser condescendientes”. ¿En qué línea se sitúa el párroco de San Manuel en Mijas-Costa y arcipreste de Fuengirola-Torremolinos?

– Yo suelo decirles a mis catequistas: “No estamos perdiendo el tiempo. Para algunos críos será la única oportunidad que tendrán en sus vidas de acercarse a Jesús, a los Evangelios, a la Eucaristía. Nosotros a sembrar y el resto, vamos a dejarlo en las manos de Dios Padre y al momento que Él quiera que dé fruto la semilla.

Ante las dificultades, haceos esta pregunta: ¿Qué haría el Señor Jesús?” Pero cuando no encontramos la respuesta deseada por parte de la familia, aunque el crío venga a la catequesis, también suelo afirmar: “No rompamos la cuerda por el lado más flojo”. No es problema de niños, el problema es el acompañamiento familiar. A pesar de ser muchas cada año las celebraciones de la Eucaristía de Primera Comunión, los que me conocen, saben que gozo con ellas, que se preparan muy intensamente y que rezo con cariño por los niños y los padres.

Y al final me repito, aquello del evangelio: “has hecho lo que tenías que hacer”.