NoticiaFormación «La Virgen ha sido mi apoyo para lograr llegar tan alto» Publicado: 10/01/2016: 5953 Los colegios de la Fundación Victoria han celebrado recientemente unas jornadas de la diversidad en la que deportistas discapacitados han ayudado a los niños y jóvenes a encontrar motivos de esperanza hasta de los acontecimientos más desagradables de la vida, como puede ser un accidente. Es el caso de J. Enrique Carpena, campeón de Andalucía de ciclismo adaptado y tercero de España, que les ha ofrecido su testimonio de superación y para quien «no se puede vivir sin fe». Disfrutar de las capacidades que Dios nos ha dado La empatía, ponerse en el lugar del otro, dar gracias a Dios por los dones que nos ha concedido y reconocer la situación de otros hermanos que no pueden disfrutar de alguna de las capacidades consideradas como “normales” son valores que se trabajan a lo largo de todo el año en los colegios de la Fundación, pero de forma especial en el reciente Día de la Discapacidad. La Asociación de Deportistas Malagueños Discapacitados (ADEMADIS) visitó los colegios diocesanos para dar charlas de sensibilización funcional a los alumnos. La Asociación Ademadis «nace de la ilusión de un grupo de deportistas paralímpicos que deciden juntar todas las modalidades que practican en forma de Asociación de Deportistas Malagueños Discapacitados. Se trata de llevar el nombre de Málaga a lo más alto deportivamente», afirma su presidente, Antonio Vara. El eslogan de la asociación es “Rompe tus barreras con el deporte”, y entre sus objetivos se encuentran los de «fomentar y promover el deporte adaptado en los centros educativos e integrar a las personas con discapacidad mediante el deporte, para que puedan llevar una vida más independiente y autónoma». Con motivo de la celebración del Día de la Discapacidad, diversos miembros de la asociación visitaron los colegios Padre Jacobo, Espíritu Santo y Cristo Rey, de Málaga capital; y el centro Francisco Echamendi de Marbella. Hasta este último, se desplazó el deportista de ciclismo adaptado Alejandro Navarro. Tras responder a algunas preguntas pasó a una exhibición en la que los chicos pudieron probar las “handbikes” o bicicletas que se accionan con la fuerza de los brazos. El colegio Padre Jacobo, por su parte, recibió la visita de Alex Otalecu, desde el club de natación de Marbella, junto a sus nadadores Jorge Otalecu, Manolo Montoya y Javier Labrador. Los alumnos de Secundaria asistieron a una charla de superación y pudieron ver un vídeo realizado por los propios deportistas, en el que explican que se consideran personas normales, con las mismas aspiraciones en la vida que cualquier otra, tanto en el plano deportivo como en el personal. Al Colegio Espíritu Santo acudieron los delegados de la asociación en la disciplina de esgrima: Carlos Soler (seleccionador nacional) y Lorenzo Ribes (campeón de España); así como el ciclista Jose Enrique Carpena (campeón de Andalucía). Tras la charla, se realizó una breve exhibición de esgrima. Finalmente, Yagoba Sánchez, jugador de baloncesto adaptado, fue el encargado de visitar el Colegio Cristo Rey. Tras la charla de motivación, realizó una breve exhibición del deporte que practica. «Los niños terminaron emocionados, impactados» Ana Rubio es la orientadora del Colegio Espíritu Santo y organizadora de la I Jornada de la Diversidad del centro. Para ella, el objetivo de esta actividad es el de «concienciar a nuestros alumnos de que hay personas que no tienen la facilidad que otros tenemos para realizar las tareas que necesitamos para nuestro desarrollo diario. Por nacimiento o porque en cualquier momento todos podemos perder las capacidades que tenemos. A los niños les llegó. Terminaron emocionados, impactados. Ha sido una experiencia muy bonita y positiva». Para Rubio, se trata de que los chicos «puedan dar gracias a Dios por los dones que Él nos ha dado. Que valoren todas sus capacidades, que son un don de Dios, y que sepan aprovecharlas y disfrutarlas reconociendo la situación de otros hermanos que no las tienen. Asimismo, el testimonio de los deportistas es una llamada a superar tus propias dificultades. Uno de los momentos que les llegó más a todos fue cuando un alumno que tiene un hermano al que le acaban de diagnosticar una discapacidad, y está en proceso de asumir dicha noticia, preguntó al ponente por qué él estaba en esa situación. Fue un momento muy bonito para comprender que la discapacidad llega, pero que la vida sigue después». Superación, de la mano de la Virgen La vida de José Enrique Carpena (Málaga, 1974), es una de esas historias de superación que inyectan energía e ilusión a los que se encuentran en horas bajas de su vida. Con apenas 20 años, un accidente le dejó una pierna muy debilitada. El estilo de vida sedentario y la mala alimentación le hicieron superar los 112 kilos de peso. Trabajaba en una gran superficie comercial y, un día, le pidió a su jefe permiso para ir al médico porque tenía la pierna muy hinchada. Al llegar a urgencias, el panorama era desolador: una trombosis profunda en la femoral amenazaba seriamente la vida de José Enrique. «Tuve la suerte de que me atendiera una doctora muy exigente que me puso las cosas muy claras. Si quería ver crecer a mi hija, o cambiaba mi estilo de vida, o no apostaba por mí», recuerda. Eso fue hace ocho años: «Empecé a coger la bicicleta los domingos para perder peso y con la ayuda de una alimentación sana perdí 50 kilos. Al ver que cada vez iba más ligero, pensé que la bicicleta podría ser mi medicina número uno. Lo que era una salida con amigos se convirtió en algo mucho más serio». Tanto es así que José Enrique es actualmente campeón de Andalucía de ciclismo adaptado y bronce en el campeonato de España en pista, y con una brillante carrera por delante. Es uno de los deportistas que han acudido recientemente a dar charlas a los colegios de la Fundación. «La experiencia es impresionante –señala–. Los niños ni pestañean. Les transmito los valores del día a día: la disciplina, obedecer a los padres y profesores, alimentarse de forma sana, hacer deporte... Hago mucho hincapié en el esfuerzo». En toda su historia de superación, José Enrique ha estado acompañado por su familia, su mujer y sus dos hijos; pero ha habido una figura clave: María. «Sin fe, no consigues nada –afirma–. Me crié en El Perchel, en la explanada de Santo Domingo, y la Virgen de la Esperanza es mi referente. A ella me he encomendado en mi calvario, cuando veía que mi vida corría peligro. Con ella me empeño. Hace unos días –esto no lo sabe nadie hasta ahora– cogí las medallas me las metí en la chaqueta, y me planté delante de la Virgen para darle las gracias».