¿Qué significó para usted ser elegido para este servicio como responsable de Mies?

Soy parte de Mies desde pequeño. Mies ha sido un medio por el que yo he podido encontrarme con el Señor y con su Iglesia. Después de todo lo vivido, que el Señor me pida, a través de mis hermanos, que tome esta responsabilidad es para mí un motivo de gran alegría, porque me siento muy bendecido por el Señor. Por otra parte, es una responsabilidad muy grande. Intentaré “estorbar” lo menos posible y hacer las cosas desde la voluntad de Dios. Esos son mis sentimientos: una responsabilidad y una gran alegría. El sacerdote José Ruiz Córdoba y yo ya nos hemos reunido para compartir cómo vamos a enfocar los próximos cuatro años de servicio, siendo nuestro principal objetivo mirar el rostro del Señor y, desde ahí, hacer todo lo demás para que Mies siga creciendo, no tanto en número, sino en respuesta a lo que el Señor nos pide dentro de la Iglesia.

Diego Ernesto, el fundador de Mies, fue su director espiritual.

Así es. Desde los 14 años iba a visitarlo todos los lunes para hablar con él un ratito, hasta los 28 años, poco antes de irme a Paraguay como misionero. Fue fundamental en mi vida, él me fue acercando al Señor.

Mies tiene dos responsables, un sacerdote y un seglar, ¿por qué?

Fue así desde el primer momento. Cuando se redactaron los Estatutos se vio conveniente que hubiera un sacerdote que se encargara de la parte más carismática y espiritual, que velara por el carisma; y un responsable general laico que se encargue de la parte organizativa, la estructura, la proyección apostólica… En el fondo, los dos tenemos el mismo estatus, no hay diferenciación ninguna a nivel estatutaria, los dos somos responsables al mismo nivel.

¿Dónde está presente Mies?

Además de en Málaga, en España estamos en Madrid, Alicante, Albacete, Jaén (Andújar), Córdoba y Badajoz. Y fuera de España estamos en Ecuador, Paraguay, Argentina y en África (Chad), en una casa de acogida para niños huérfanos, donde viven 50 niños y 6 misioneros responsables. En Málaga estamos presentes en nuestra sede, en el Centro Mies (Calzada de la Trinidad) y en las parroquias de la Purísima, Santa Ana y San Joaquín, el Pilar, Jesús Obrero, el Buen Pastor, las Flores, la Paz, Los Ángeles, Fuengirola, Los Boliches, Antequera, Archidona, Rincón de la Victoria, Campanillas, Puerto de la Torre, Churriana y Estación de Cártama. Además de los centros juveniles en las parroquias, también damos vida a proyectos de desarrollo en ambientes marginales, como es el caso de un pre-taller para las mujeres de los Asperones, y un centro infantil y juvenil, coordinados con el Colegio María de la O, su director Fano, Cáritas y las demás instituciones que trabajan en esta barriada.

¿Cuándo comenzó Mies?

En 2013 celebramos el 50 aniversario, así que ya son 55 los años de la publicación de los primeros estatutos. Los inicios fundacionales fueron el 12 de octubre de 1956, cuando el padre Diego Ernesto, en la Basílica de la Macarena de Sevilla, sintió que Dios le pedía que hiciera algo para los niños y jóvenes más desfavorecidos y los alejados de la Iglesia que no conocen al Señor. Ese día, en una misa que presidió en la Macarena se leyó la lectura de la resurrección del hijo de la viuda de Naím y él sentía que la Virgen le estaba pidiendo que resucitara a sus hijos, los niños y los jóvenes que están “muertos”.

¿Cuál es vuestro carisma y vuestra labor?

El padre Ernesto sintió la llamada para trabajar con los niños y los jóvenes, es nuestro carisma principal, ayudarles a que se encuentren con el Señor. Ese es uno de los cuatro fines que tenemos en la asociación. El primero es la llamada a la santidad, que viene además muy al hilo de la Exhortación Apostólica “Gaudete et exsultate” que acaba de publicar el papa Francisco. El segundo es promover la devoción mariana. El tercero es el apostolado juvenil e infantil. Y el cuarto es la liberación integral de las personas, no solo en cuanto a la parte espiritual, sino promoviendo proyectos sociales como el de Asperones, escuelas de padres, aulas de apoyo escolar para los niños…