13 de julio. «Acompañados por el misionero oblato Mario León, salimos de El Aaiún, abandonamos el territorio de la prefectura apostólica y nos encaminamos al norte, atravesando el desierto, para adentrarnos en la Diócesis de Rabat. El objetivo del viaje era llegar a Tarfaya, ciudad costera situada en el punto más cercano a las Islas Canarias, desde donde han partido muchas de las pateras que han intentado llegar a las costas españolas», explica José Francisco. 

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Visitaron el puerto y «guiados por Mario, recorrimos la ciudad conociendo algo de su historia y su vinculación con el correo aéreo así como con el aviador y escritor Antoine de Saint-Exupéry, quien vivió allí durante dos años», prosigue nuestro seminarista.

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El regreso a El Aaiún lo realizaron por la carretera que bordea la costa, «por el camino pudimos ver todos los puestos de vigilancia que a lo largo de ella tratan de controlar las salidas de pateras», añade José Francisco. 

Tras la celebración de la Eucaristía y la cena, «aprovechamos para dar un paseo por el centro. He de decir que nos sorprendió cómo se transforma la ciudad y las calles se llenan de vida una vez se oculta el sol», concluye. 

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